Carla Bruni y Julie Gayet
Carla Bruni y Julie Gayet - Redes Sociales
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Gayet vs. Bruni, duelo en las redes sociales

Ha estallado la guerra entre la esposa de Nicolas Sarkozy y la compañera sentimental de François Hollande

PARIS Actualizado: Guardar
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Ha estallado la guerra de las imágenes, a través de Instagram, entre Carla Bruni, esposa de Nicolas Sarkozy, ex presidente con ambiciones a la reelección, y Julie Gayet, compañera sentimental de François Hollande, presidente con ambiciones a seguir instalado en el palacio del Elíseo.

Gayet fue la primera en abrir una cuenta en Instagram (@iamjuliegayet) con un cierto éxito entre la guardia pretoriana del modesto «fans club» del amante presidente.

La actriz cultiva un «look» «naturaca», «casual», «sencillita pero mona», «radical chic» (por momentos, sin exagerar: el electorado Hollande es muy conservador de provincias). Con 122 fotos publicadas y 4.218 abonados (el 20 de julio), la presencia de Gayet en el océano mundial de las imágenes es modesta pero significativa, como apoyo virtual a la imagen de un presidente caído de hinojos en el podio del presidente más impopular de la V República.

Bruni-Sarkozy tardó mucho en lanzar su cuenta personal en Instagram (@carlabruniofficial) con un éxito arrollador. Con apenas 37 fotos publicadas, la ex modelo y ex primera dama tiene, al 20 de julio, 20,9k abonados. Cifras más que prometedoras y sintomáticas.

Allí donde Gayet deja al descubierto un cierto «amateurismo», Bruni pone de manifiesto una profesionalidad temible. A sabiendas que las legendarias fotos de sus primeras carreras, con numerosos amantes y no pocos desnudos, podrían convertirse en un tema inflamable, la esposa de Sarkozy no ha dudado en incluir en su cuenta Instagram viejos testimonios tímidamente «osados»: alguna foto con un púdico pecho descubierto, fotos en compañía de personajes muy polémicos (Versace). Una foto en compañía del padre de su hijo (el ensayista Raphaël Einthoven, casado con Justine Lévy, hija del ensayista Bernard Henry-Lévy, cuando fue concebido el hijo de la esposa de Sarkozy) desapareció de Instagram a las pocas horas de «publicarse»: una publicidad de ese tipo caía francamente mal entre el electorado conservador de su santo esposo.

Desde los gabinetes de campaña publicitaria de la pareja Hollande - Sarkozy se manejan con cierta prudencia las cuentas e imágenes de la pareja Gayet - Bruni. A juicio de los especialistas, el «goteo» sistemático, el «relanzamiento» inmediato de cada imagen publicada-subida a Instagram, tiene un puesto precioso en la batalla sin cuartel de las imágenes. Y es muy de agradecer. Pero… El uso y abuso de las imágenes puede tener efectos perversos.

La primera «girl friend» del Estado puede apoyar la imagen de un presidente «normal», un tipo con el que pueden pasarse las vacaciones en un «camping» tomando cerveza o tinto con casera, para acompañar un plato de salchichas con patetas fritas y salsa «ketchup». Pero tanta «normalidad» puede ser nociva en un país que sigue sintiendo un fervor patriótico-reverencial por Luis XIV y Napoleón.

La ex primera dama de Francia puede aportar mucho «glamour» a un ex presidente que tiene una imagen personal muy dura y correosa. Pero, ojo, las imágenes de Carla Bruni luciendo los muslos, en una moto conducida por su esposo, ya causaron estragos hace apenas dos años. Y el lujo milanés de la señora no siempre cae como anillo al dedo en una Francia donde el 35 % de los obreros votan al Frente Nacional (FN, extrema derecha).

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