Galindo emprende su camino a Marte

La televisión catapultó a la fama al actor catalán Martí Galindo. También lo relegó al olvido en el que murió esta semana

ABC

Miquel Vera

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Martí Galindo era uno de esos rostros afables y estridentes que la delirante televisión que se hacía en España a finales de los 90 elevó a la categoría de ídolo de masas de la noche a la mañana. Su pequeña altura, su rostro aniñado y un marcado acento catalán eran la tarjeta de presentación del actor, fallecido prácticamente en el olvido a los 81 años el pasado domingo en Barcelona.

El intérprete concluyó en la mítica nave de «Crónicas marcianas» una ecléctica trayectoria que empezó, humildemente, en los clubes de teatro aficionado de Barcelona. En la Ciudad Condal fue saltando de escenario en escenario hasta hacerse un hueco en montajes profesionales, y de allí, a las carteleras de los principales teatros, la televisión -primero en Televisión Española, donde se conservan intervenciones suyas en blanco y negro-, y finalmente el estrellato, gracias a su incursión en Telecinco. Se retiró en el momento más alto de su carrera, antes de que su popularidad empezara a desvanecerse.

Quienes le conocieron de cerca destacan su carácter afable y cercano. También su afición por las patatas fritas. Entre los amigos, compañeros y allegados que han llorado esta semana la muerte del artista se cuentan personajes tan variopintos como Boris Izaguirre , Paz Padilla , Manel Fuentes o el propio Xavier Sardà , conductor del programa que lo entró en las casas -y corazones- de miles de españoles. Fueron precisamente Sardà y su hermana Rosa María quienes «rescataron» al actor y le regalaron una segunda juventud acercándolo al absorbente mundo de la televisión. A pesar del dinero, la popularidad y las audiencias formidables que durante más de un lustro cosechó el «crónicas», Galindo no se dejó devorar por una industria que centrifugó, exprimió y escupió a la cuneta de la fama a decenas de rostros que lo fueron todo.

Galindo compartía platós con Boris Izaguirre, Paz Padilla o Manel Fuentes ABC

Galindo se retiró pasados los 60 años con decenas de obras, películas y colaboraciones en su haber. En los platós de Telecinco quedaron registradas sus intervenciones más disparatadas: fue disfrazado de teletubbie, disparado con un cañón o caracterizado de muñeco-ventrílocuo. Auténticos momentos «virales» cuando este concepto todavía ni existía.

La desaparición de Galindo ha dejado un vacío de melancolía entre quienes lo trataron y lo conocieron. El actor no quiso que se celebrara ningún funeral en su honor, así que sus compañeros y amigos han desahogado su cariño en las redes y en declaraciones públicas.

«Como le decía siempre, nos conocíamos desde que era igual de bajito que él. Ha sido toda una vida. Era un personaje memorable, una de las personas más inteligentes que he conocido y supo adaptar su existencia con la adversidad de sus características físicas», resumió un afectado Xavier Sardà tras conocer la noticia. El productor Josep María Mainat se sumó a las condolencias. «Será difícil de olvidar», apuntó.

Por su parte, la televisiva Paz Padilla resaltó su agradecimiento hacia el actor, mientras que el escritor Boris Izaguirre despidió al entrañable intérprete, ya de camino a Marte. « Siempre fue su planeta ».

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