El Folclore de la Trifulca

Isabel Pantoja y Francisco Rivera «Paquirri», durante el bautizo de Francisco José, tercer hijo del torero EFE

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En la familia Pantoja el futuro se parece siempre al pasado. Les suele ocurrir lo que ya sabemos. O sea, que son la trifulca que no cesa, como el rayo del poeta. El folclore de la trifulca que no cesa. Isabel Pantoja y sus retoños, que ya son gentes que adornaron de abuela, no hacen un programa de tele sino que son un programa de tele, ellos mismos. De pronto la jefa sale de prisión, de pronto Kiko pilla un cabreo de primetime, de pronto Chabelita cumple de hermana ofendida. No trabajan mucho, pero no paran.

Amores por rachas

Sabemos dónde empieza o acaba la familia Pantoja, aunque no tanto, porque por rachas salen novias, o novios, o allegados y así la familia crece de espontáneos que no vienen a regalar la paz, precisamente. Ahora, a cuenta de una herencia, han resucitado para el show a Paquirri. El mozo del momento, Kiko Rivera, «ex» Paquirrín, para los siglos, se fue llevando una pasta o pastizara de mucho bulto , en su día, como pinchadiscos de polígono y aún sacaba tiempo, el tío, para irse a los guateques de Tele 5, donde llamaba gandula a la madre de un hijo, Jessica, y certificaba que no asistió a la boda de Francisco Rivera porque no le invitaron. Y luego dicen que al muchacho le falta don de lenguas.

A Madrid llegó Chabelita como musa de la Dieta de la Alcachofa, y cuadró calendario para rematar el viaje afilando el cromo en una clínica de cirugía estética, donde se eligió unos pechos de sílfide de anuncio. Pantoja la quería en Cantora, pero Chabelita quiso ver mundo. Pantoja ha hecho con Chabelita lo que ha podido, hasta que ya no ha podido más . Pantoja, en su día, hasta echó a volar un comunicado de la mayoría de edad de la chavala incluyendo una sorpresa que ya conocíamos: la jovencita era premamá. Con Kiko Rivera también ha hecho lo que ha podido, pero a hora el zagal denuncia que él quiere una madre , y no una artista. Lo que sí se ve en todo este jaleo familiar es que todos han dado con un rápido arte más allá del folclore, el arte de vivir de ir dando por la tele, o por fascículos, el relato de la propia vida.

Una parada ocupada

Chabelita se logró pronto su sitio como una parada de mucho ajetreo, desde que pegó el estirón de los dieciocho, ingresando directamente en las varietés, como madre, como «hija de»,como enamorada que se desenamora, como todo. Ha sido guionista de susto de la propia familia, un poco como todos, según la época. Con Kiko Rivera aprendimos que un dj puede no llevar melena, y que la discoteca puede resultar un domicilio laboral. Kiko fue un personaje de Torrente que Santiago Segura ya se encuentra hecho, en la vida, con el deneí incluido.

Isabel Pantoja ha logrado el virtuosismo de los famosos planetarios, que es estar sin estar. Cuando ingresó en la trena, no desapareció, sino todo lo contrario. Estuvo por ahí, a diario, en las teles y en el papel, donde se narraba la vida y obra de la folclórica en la cárcel, que fue un temario de mucha amenidad. Ahora vuelven los que nunca se han ido. Pantoja ya no es sólo la última folclórica, y la viuda de España, sino la mamá de Kiko Rivera , ese rapero del reproche, y de Chabelita, un bolo en sí misma.

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