Fincas, pisos y títulos, la herencia que recibirán los hermanos Martínez-Bordiú

La duquesa de Franco era dueña de un gran patrimonio, que ahora se repartirán sus hijos

EFE
Beatriz Cortázar

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Carmen Franco negó en más de una ocasión que fuera dueña de una fortuna valorada en más de cien millones de euros -como se publicó en su momento-, pero lo cierto es que solo en propiedades la familia posee un importante patrimonio, que ahora tendrá que dividirse entre los siete hijos habidos en el matrimonio de los marqueses de Villaverde. Fue precisamente tras su boda con el cirujano Cristóbal Martínez-Bordiú , miembro de una de las familias más conocidas de la aristocracia española y famoso playboy antes y durante su matrimonio, cuando los marqueses ampliaron sus posesiones , que incluían el Pazo de Meirás -que Carmencita heredó de sus padres- y el edificio de la madrileña calle Hermanos Bécquer -donde ha muerto, tal y como era su deseo-, así como importantes fincas y casas repartidas por la geografía española.

Cargos directivos

La duquesa de Franco solía quejarse de lo carísimo que resultaba mantener su patrimonio y es en el libro de Juan Luis Galiacho, «Los herederos del Gran Poder», donde se explica cómo tuvo cargos directivos en la financiera Sargo Consulting SL (con activos de 20 millones de euros a finales de 2015 , que pasan a 17 a finales de 2016 ) y las inmobiliarias FR Promociones del Suroeste (activos de más de siete millones de euros y actualmente en concurso), Fiolasa (con activos en 2016 de más de 20 millones de euros) y Montecopel (17 millones, cuyo administrador único es su hijo Francis), así como Centro de Agentes Unidos del Calzado Español SL (seis millones en activos hace un año).

Tiempo atrás se decidió que fuera su hijo Francis Franco -el único de la familia que alteró el orden de los apellidos- quien llevara la gestión de los negocios familiares, así como el control de la Fundación Francisco Franco, con el propósito de ahorrarle disgustos a la duquesa, que se quedó como su presidenta de honor.

El Pazo de Meirás

El Pazo de Meirás, la antigua residencia de veraneo de los Franco, situado en el concejo coruñés de Sada, es lo que más quebraderos de cabeza dio a Carmen Franco. La que fuera antigua vivienda de la escritora gallega Emilia Pardo Bazán, pasó a ser propiedad de Francisco Franco en 1938 tras una controvertida «donación» por parte de los vecinos del Ayuntamiento. En 2008, la Xunta dirigida por el socialista Emilio Pérez Touriño decidió declararlo Bien de Interés Cultural (BIC), lo que obligaba a los Franco a abrir al público el inmueble al menos cuatro días al mes, algo que siempre les causó rechazo.

Ante las reiteradas denuncias de los partidos de la oposición en Galicia sobre incumplimientos en el régimen de visitas , la Fundación Francisco Franco -encargada de la gestión del inmueble- emitía este verano un comunicado en el que aseguraba que su labor al frente del Pazo era una «excelente oportunidad» para «ensalzar» la figura del dictador. Estas afirmaciones desataron una tormenta política, que aprovecharon varios colectivos para reclamar a la familia Franco la devolución del pazo para titularidad pública, así como la ilegalización de la fundación. Además, a raíz de este asunto, el Parlamento gallego convocó una comisión de expertos que, en palabras del presidente de la Xunta, tendrá como principal objetivo analizar si hubo «vicios ocultos» en la donación del pazo a Francisco Franco. Esto significa que se podría dejar sin efecto la citada donación y permitir el retorno del inmueble al patrimonio público de manera gratuita.

El pasado jueves se abrió otro frente para la familia, con la admisión a trámite, en el Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid, de la demanda civil presentada por el Ayuntamiento de Santiago de Compostela contra la ahora fallecida Carmen Franco, por la que se exige la devolución de las figuras de Abraham e Isaac, obras del Maestro Mateo que estaban en su posesión. En la demanda, presentada el pasado noviembre, el consistorio compostelano incorporaba toda la documentación que «demuestra» que es el «legítimo propietario» de las dos piezas, adquiridas al Conde de Ximonde en 1948.

Menciones especiales

A partir de hoy, todos los ojos estarán puestos en el reparto de la herencia , que se espera sea igualitario entre los siete hijos de Carmen Franco , con menciones especiales a las ONG en las que colaboraba y al personal de confianza que ha estado a su lado. Nadie niega que el deseo de todos es vender el edificio de Hermanos Bécquer, la joya de la corona, que contiene varios pisos en régimen de alquiler, salvo los que ocupaba la duquesa.

Uno de los puntos sobre el que se esperan sorpresas es el reparto de títulos nobiliarios: el ducado de Franco le corresponde a su primogénita, Carmen Martínez-Bordiú , para pena de su hermano Francis, quien ostenta el marquesado de Villaverde , ya que lo heredó antes del cambio de legislación que beneficiaba a los hombres sobre las mujeres. Francis Franco también tiene el señorío de Meirás y siempre se ha especulado con la posibilidad de que, tras la muerte de su madre, intercambiara su marquesado con el ducado de su hermana. Veremos si Carmen, así como su hijo Luis Alfonso de Borbón, están conformes con ese trueque.

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