Eugenia Silva: «A mi edad me daría vergüenza casarme»

Modelo, empresaria y «demasiado feliz», según se define la propia Eugenia Silva (39 años). Desde que se dio una segunda oportunidad con Alfonso de Borbón, las cosas no han podido irle mejor. Su hijo, Alfonso Jr., ya tiene 19 meses y eso le ha permitido recuperar su habitual ritmo de trabajo que se distribuye entre Madrid, Nueva York y los mil destinos que le obliga su profesión. Imagen de la colonia «Agua de Rosas» de Adolfo Domínguez, reconoce que el mejor olor es el de su bebé: « Huele a los besos y abrazos de sus padres». El aroma favorito entre sus recuerdos es el de la fragancia que usaba su madre cuando se iba de fiesta y le daba un beso de despedida.

El estado actual de Eugenia es bueno, muy bueno, y eso le preocupa. «Estoy feliz y mi única angustia es pensar que no puedo dedicarle todo el tiempo que quisiera a mi hijo, pero esto mismo es lo que le ocurre a cualquier otra madre actual», asegura. La top model mantiene su apartamento de Nueva York, puesto que lucha por mantener su carrera como modelo y todavía trata de compaginar su vida profesional con la maternidad: «Es un tira y afloja continuo. Esta semana tenía que viajar a Montreal, pero lo he anulado. Siempre lucho por trabajar y, al tiempo, no perderme nada en casa. En caso de duda, está claro que siempre voy a priorizar a mi hijo», dice.

Inquieta emprendedora, está muy contenta con la web que ha lanzado y donde ahora cuenta con nuevas firmas de prestigio. «En cuanto llego a casa apago el móvil y una vez que se duerme mi hijo, me reactivo. Hay que buscar tiempo para estar con Alfonso e incluso para no hacer nada, que también es fundamental».

Como siempre, la Nochebuena la pasará en familia, en su finca de Extremadura. «Nos encanta convivir esos días y levantarnos todos juntos». El Fin de Año estará con otras parejas de amigos que tienen hijos. En cuanto a qué le pedirá al 2016, afirma que «no cambiaría nada de lo que me ha pasado en 2015. Reconozco que estar tan bien, en estos momentos, me produce cierto vértigo».

Con ganar de tener más hijos, porque, explica, para ella sus hermanos han sido «lo mejor en mi vida», tan sólo desea que las cosas lleguen de forma natural. Y sobre casarse o no con Alfonso de Borbón, es tajante: no tiene ningún interés. «A nuestra edad ya hasta me daría vergüenza. Creo que todo tiene su momento y no me hace especial ilusión ni me cambiaría nada», cuenta. Asegura que están muy bien así. « Nos reímos mucho juntos», dice.

« Lo he pasado muy mal con los atentados de París. He estado muchas noches con miedo. Tenía amigos en esos restaurantes y te queda una sensación de angustia al ver que en cualquier momento puede pasar una cosa así. Debido a mi trabajo estoy todo el día en aeropuertos, y no siento más que una desprotección total. Lo cierto es que con este panorama no envidio en absoluto a los políticos. Además, el asuntos de los refugiados requiere de una gran labor diplomática», cuenta.

Hablando de políticos españoles, asegura que le llama mucho la atención la figura de Albert Rivera. «Me gusta la manera en la que responde a todos los asuntos. En España hacen falta líderes así. Hay que renovar la clase política y dar una oportunidad a la gente con juventud y ganas. Personas que están en el día a día, que no tiene nada que ver con el que vivieron nuestros padres. Por eso me gusta mucho Rivera». Tiene claro que no le tienta la política como para lanzarse al ruedo, pero insiste en que «me hace ilusión que me vuelvan a interesar los debates y la campaña porque me daban mucha pereza últimamente».