Estefanía de Mónaco denuncia los dogmatismos ecologistas y vegetarianos

La princesa Estefanía ha decidido criticar con cierto vigor verbal la decisión del gobierno de Emmanuel Macron de prohibir la presentación de animales «salvajes» en los circos

Estefanía de Mónaco EFE

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«Crisis» diplomática entre París y Mónaco. La princesa Estefanía ha decidido denunciar con cierto vigor verbal la decisión del gobierno de Emmanuel Macron de prohibir la presentación de animales «salvajes» en los circos.

Barbara Pompili, ministra «macroniana» de la transición ecológica, anunció días pasados una serie de medidas destinadas a «proteger el bienestar de la fauna salvaje cautiva». Tras tan sofisticado lenguaje, la ministra hacía referencia «al fin progresivo de la presentación de animales salvajes en los circos».

Presidenta del Festival internacional del Circo de Monte Carlo, creado por su padre en 1974, Estefanía de Mónaco estima que esa medida y proyectos son «absurdos, injustos e ignorantes», por estas razones: «Los animales que trabajan en los circos son miembros de la gran familia circense. No son maltratados, todo lo contrario: son amados, alimentados y tratados con cariño».

A juicio de la princesa Estefanía, el gobierno de Emmanuel Macron parece ignorar el origen de los animales adoptados por los circos. Con frecuencia, han sido recogidos, incluso se ha evitado su muerte rápida, para ofrecerles una nueva vida, con el resto de la familia de cada circo.

Estefanía de Mónaco denuncia una « injusticia absoluta »: «En Francia, todo el mundo tiene derecho a trabajar. Es como si se decidiese impedir a los agricultores que intentasen ganarse la vida utilizando algunos animales para realizar sus faenas. O prohibir la crianza de animales y ganadería. O prohibir las carreras de caballos. Desde esa óptica gubernamental francesa habría que prohibirlo todo. Y no ensañarse con las familias del circo, que están viviendo la crisis de manera muy dura».

En sus declaraciones a varios medios franceses, Estefanía de Mónaco estima que, finalmente, la prohibición de la presencia de animales en los circos es una «variante» de los muchos «frentes» del «dogmatismo ecologista», representado, en el gobierno de Emmanuel Macron, por la ministra Barbara Pompili.

«En cierta medida -concluye Estefanía de Mónaco-, muchos ecologistas también se obstinan en imponernos el dogma vegetariano . Se trata de una falta de respeto por la libertad del otro, del vecino. Si yo prefiero comer un filete con patatas, me parece muy bien que otra persona prefiera una ensalada de alfalfa. Pero, ojo, imponer a todos el mismo régimen vegetariano es una barbaridad».

Emmanuel Macron guarda un prudente silencio, provisional, sobre los proyectos de su ministra de la Transición ecológica, una personalidad muy «radical chic».

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