Sheen escucha al periodista Matt Lauer en el set del programa de la NBC «Today»
Sheen escucha al periodista Matt Lauer en el set del programa de la NBC «Today» - Reuters

Charlie Sheen gastó millones de dólares para ocultar que tiene VIH

El actor hizo buenos los rumores y reconoció ser seropositivo y haberse gastado más de diez millones de dólares en pagar chantajes. «Voy a traer la curación», llegó a decir.

Nueva York Actualizado: Guardar
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El «National Enquirer», un tabloide semanal de noticias rosas y amarillas, de los que en EE.UU. se denominan «de supermercado», saca hoy una «exclusiva mundial», en la que ha invertido 18 meses de investigación y que ya adelantó en rumores el mes pasado: cómo Charlie Sheen encubrió que tiene el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El controvertido actor, sin embargo, quiso al menos darse el gusto de estropear una bomba informativa colmada de sensacionalismo -ya en la portada se proclama que sufre sida- y apareció en el programa «Today», uno de los líderes de la mañana televisiva de EE.UU., para contar “su verdad”.

Sheen confirmó los rumores del «National Enquirer» y de muchos otros medios cuando se publicitó que iba a hacer un anuncio de una circunstancia personal en televisión.

«Estoy aquí para admitir que soy seropositivo», arrancó sin necesidad de preguntas ante su entrevistador, Matt Lauer.

Con aspecto relajado y el nudo de la corbata caído, Sheen relató como hace cerca de cuatro años empezó a sufrir dolores fuertes de cabeza, migrañas y se despertaba empapado en sudor en la cama. Llegó a creer que tenía un tumor cerebral, pero las pruebas concluyeron que había adquirido el VIH. «Son tres letras difíciles de absorber, te cambian la vida», dijo ayer.

Tocar fondo

También hace cerca de cuatro años fue cuando el actor tocó fondo en su vida personal y el techo en la prensa sensacionalista. En 2010 y, sobre todo, 2011, monopolizó los grandes escándalos de EE.UU.: fue condenado por violencia doméstica contra su ex mujer, Brooke Mueller; encadenó episodios de abuso de alcohol y drogas con tratamientos de desintoxicación; perdió su papel en «Dos hombres y medio», la serie por la que se convirtió en el actor mejor pagado de EE.UU, con dos millones de dólares por capítulo; destrozó una suite del hotel Plaza; contrató a prostitutas por docenas y convivió con ellas y se despachó contra todo y contra todos en un carrusel de entrevistas en televisión y radio en las que se vio a un actor fuera de control.

Ayer dejó claro que lo peor que le ha dejado la enfermedad es las extorsiones que ha sufrido. Se refirió en concreto a prostitutas a las que reveló que tenía VIH. «Formaban parte de mi círculo cercano. Creía que me ayudarían, pero convirtieron mi confianza en traición», aseguró. Detalló el caso de una de ellas, que fotografió medicamentos antiretrovirales en su baño y le amenazó con enviar las imágenes a los periódicos sensacionalistas.

«Desde hoy dejo de pagar chantaje», dijo Sheen, que calculó en «más de diez millones de dólares» lo que ha perdido en este tiempo.

Sin contagio

Su diagnóstico de VIH no puso el freno a una vida sexual hiperactiva y promiscua, lo que sin duda le traerá un aluvión de peleas judiciales. «¿Ha transmitido el VIH con o sin su conocimiento?», preguntó Lauer. «Imposible», aseguró Sheen. «¿Comunicó siempre que tenía VIH antes de mantener relaciones? Sí, lo hice. ¿Sin excepciones? Sin excepciones», continuó el intercambio. Sheen reconoció que mantuvo relaciones sin protección con dos personas, pero fue «cuando estaba atendido por mi doctor y ellas fueron advertidas con tiempo sobre mi condición».

Muy en serio

Las cuatro pastillas que cada día toma para mantener a raya al VIH parece lo único que se ha tomado en serio Sheen en su descenso a los infiernos. Asegura que ni en los peores momentos se perdió una toma y su doctor, presente en el programa, confirmó que el actor está «sano» y que los niveles de VIH en la sangre son «indetectables».

Sheen aseguró que ya no toma drogas -excepto alcohol- y no pudo evitar su lado fanfarrón cuando mostró su empeño en colaborar en la causa de acabar con el sida: «Si hay un tío en el planeta que se haya contagiado y que pueda traer la cura, ese soy yo. En serio».

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