La carta viral de Sara Carbonero a su hijo Lucas en Instagram

La periodista ha publicado en su perfil una preciosa foto con su hijo menor y un texto dedicado a los segundos hijos que ha sido muy aplaudido por sus seguidores

Sara Carbonero GTRES

ABC

«Si los segundos no existieran, habría que inventarlos». Así lo afirma Sara Carbonero , quien esta vuelta al cole ha sacado su lado más maternal en Instagram con una preciosa carta dedicada a su hijo Lucas .

Nada de looks, nada de los mejores restaurantes de Oporto. En septiembre, la periodista ha recuperado su gusto por la escritura con un texto en el que aborda la diferencia entre los primeros hijosy los segundos, y que al poco de su publicación acumula casi 100.000 «me gusta». A continuación, la carta completa de Carbonero.

«Los segundos son de otra pasta, los segundos tienen el cielo ganado, los segundos son más independientes, espabilados y autosuficientes. Son unos supervivientes...Estamos hartos de escuchar y repetir estas frases

En esto de la maternidad, como en todo, no se debe generalizar pero es verdad que los segundos desde que nacen tienen que ingeniárselas para hacerse su sitio y lograr sin ellos apenas sospecharlo que sus hermanos mayores no les vean como el enemigo. No son los protagonistas de muchas primeras veces de sus papás ni de los temas de conversación en la mesa, se acostumbran a que en el álbum de fotos haya una suya por cada diez del primogénito, aprenden a compartir desde el minuto 1, heredan con alegría ropa y juguetes y se debaten entre imitar y repetir todo lo que hacen los héroes de sus hermanos y forjarse su propia personalidad.

Son pacientes, conformistas y conciliadores, pero también fuentes inagotables de energía , unos auténticos terremotos que crecen aprendiendo lo bueno y lo menos bueno de los pequeños maestros que tienen en casa. Claro que ellos también vienen para enseñarnos, por ejemplo que si los papás pensamos que lo sabemos todo de ellos porque son los segundos estamos muy equivocados. O que el amor no solo no se divide sino que se multiplica por infinito. Que lo que nos funciona con un niño no tiene por qué hacerlo con otro. Que los retos, emociones y miedos seguirán siendo los mismos y que por mucho que tratemos de no repetir los errores cometidos, caeremos en otros diferentes.

Que esa rebeldía que les caracteriza no es otra cosa que su manera de marcar terreno para ir haciendo su camino desde chiquititos.

Que no hay momento de mayor seguridad para una madre o padre que cuando le ponen por primera vez a su segundo hijo en brazos».

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