Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam no se casan

La ceremonia del matrimonio religioso debía celebrarse durante el primer trimestre de 2019. Y la pareja llegó a visitar una posible residencia familiar, en la Provenza

Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam GTRES

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El matrimonio de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam ha sido aplazado «indefinidamente», dos meses después del nacimiento de su hijo, Balthazar, el 23 de octubre pasado. Tras un año o año y medio de amor apasionado , en su día, las tensiones, reconciliaciones, días o semanas de alejamiento, seguidas de nuevos proyectos, siempre aplazados, desde hace un año corto, llegó a programarse la celebración de una ceremonia civil, que debía consumarse en Mónaco, a mediados de diciembre. La ceremonia del matrimonio religioso debía celebrarse durante el primer trimestre de 2019. Y la pareja llegó a visitar una posible residencia familiar, en la Provenza.

Tan íntimos proyectos han vuelto a ser aplazados «indefinidamente». La princesa Carolina de Mónaco llegó a pensar en una gran cena familiar, en el palacio familiar, para celebrar la Navidad con todos sus hijos, hijas y nietos. Proyecto abandonado. Carole Bouquet , la madre de Dimitri Rassam, declinó la invitación. Y, finalmente, la princesa Carolina ha decidido marcharse a Austria, estas Navidades y fin de año.

A la espera de acontecimientos, Carlota y Dimitri celebrarán la Navidad juntos , con su hijo, en París, en una fiesta más o menos íntima, con una docena de amigos de la pareja. Celebración navideña muy alejada de las intimidades familiares.

«Closer», el semanario rosa ácida, estima que, finalmente, el patrimonio tantas veces anunciado, estudiado y aplazado, ha dejado de estar en la agenda de Carlota y Dimitri. El nacimiento de Balthazar fue un acontecimiento feliz, pero los padres siguen dando largas al proyecto matrimonial , por razones aparentemente muy diversas.

Rassam y Casiraghi, el apsado 23 de julio GTRES

No es un secreto que Dimitri considera «aburridísimo» instalarse oficialmente en Mónaco. No es el único. Gad Elmaleh, el padre del primer hijo de Carlota, tampoco llegó a vivir nunca en el principado. Visita a su hijo con relativa frecuencia, pero nunca llega a estar más de largos fines de semana, consagrado a su carrera de actor y humorista.

Dimitri, por su parte, se dice consagrado «totalmente» a su carrera de productor cinematográfico. Y prefiere que sea Carlota quien se desplace a París, con sus dos hijos, o con uno de ellos, según las circunstancias. Ajetreo aparentemente «complicado» para una vida matrimonial de corte tradicional.

En trance de apaciguamiento los ya relativamente lejanos meses de apasionamiento amoroso, las sensibilidades de Carlota y Dimitri, no siempre coinciden en todo. Ella sigue siendo sensible a los vagabundeos culturales, filosóficos, con una tendencia relativa al ensimismamiento. Dimitri, por el contrario, tiene una debilidades «culturales» sencillamente nulas, inexistentes. Carlota es capaz de discutir y dialogar de «filosofía» con algunos de sus antiguos profesores. Diálogo y discusiones alejadísimas de la sensibilidad de un productor de cine insensible a otros negocios que no sean los intereses más prosaicos de los chalaneos empresariales de diversa naturaleza.

Carolina de Mónaco y Carole Bouquet, princesa y actriz en un dorado desempleo, llegaron a coincidir, durante unos días, con el nacimiento de Balthazar, el nieto de dos meses de edad. Finalmente, tampoco llegaron a intimar; y sus sensibilidades no llegan más allá del parentesco y la amistad de circunstancias. Aplazado «indefinidamente», el matrimonio de Carlota y Dimitri solo pudiera «salvarse» si los Reyes Magos trajesen regalos entusiasmasteis para la pareja. Veremos.

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