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Carlos Falcó y su mujer, en busca de un representante

Esther Doña prepara su debut ante los medios como imagen de varias firmas de moda

MADRID Actualizado: Guardar
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El paso al frente que ha dado Carlos Falcó y Fernández de Córdoba firmando ante notario su unión como pareja de hecho con Esther Doña ha sido la sorpresa de una temporada marcada por los noviazgos de conocidos octogenarios. El marqués de Griñón no ha querido vivir un largo idilio con su joven pareja (ella tiene 38 años, frente a los 79 del aristócrata), así que, tras firmar el divorcio con su tercera esposa, Fátima de la Cierva, madre de sus dos hijos Duarte y Aldara, decidió dar a Esther el lugar que a su entender le corresponde con el fin de evitar situaciones, que en ciertos círculos sociales o de cara a los medios, podían ser molestas.

Para el marqués se trata de su cuarta «boda» aunque esta vez con la fórmula de pareja de hecho que, aunque parece que legalmente tiene los mismos derechos, en realidad son más reducidos que los de una unión civil. Como es el caso del título de marquesa de Griñón para Esther, que no puede llevarlo al no ser consorte. Tal y como ha explicado Griñón a sus cercanos.

En el futuro de los Griñón-Doña, el abanico que se les abre es muy amplio. Durante estos últimos años Falcó ha hecho una vida muy tranquila y familiar al gusto de su exmujer, una persona sumamente discreta que es feliz sin que nadie la reconozca por la calle. Pero con Esther todo apunta a que el marqués va a recuperar sus mejores años de vida social, por cuyos salones siempre se desenvolvió con elegancia y soltura. Además, ahora a Esther ya le están tentando algunas firmas de moda para que se convierta en imagen e incluso la pareja estudia la posibilidad de contratar a una persona de confianza que gestione estas apariciones y negocie sus contratos.

Como la propia Esther me señaló en su día, aún no se ve preparada para enfrentarse a una rueda de preguntas en los clásicos photocall de promoción y de ahí que su idea sea amadrinar marcas de nivel, pero sin tener que hablar de su presente o pasado. Debutar en los medios olvidándose de que había estado dos veces casada -o poniéndose más años para acortar distancias con su pareja-, son errores que ahora pretende olvidar para ser toda una celebrity.

Tercer marido

Que Esther se cruzara en la vida de Falcó durante una cata de vinos ha sido la alegría con la que no contaba en este momento de su vida. Separado de Fátima, no acababan de firmar el divorcio porque incluso sus hijos creían que podía haber una reconciliación que hoy ya es impensable. Para Esther se trata de su tercera unión, tras dos bodas que acabaron en divorcio.

La primera fue una boda civil con un empresario divorciado en 2004 con el que vivió en el barrio de Santa Eugenia (Madrid) y regentó un negocio de belleza. La segunda, ya en 2011, fue con un prestigioso abogado instalado en Reino Unido, donde vivió hasta su divorcio. Está claro que para Esther la diferencia de edad nunca ha sido un problema dado que sus dos ex también le llevaban más de 20 años. Con el marqués son más de 40, pero, como suele repetir Griñón, «los años sólo importan para el vino».

Instalados en la finca El Rincón, su agenda últimamente les hace estar todo el día en movimiento. Esta semana Falcó recibió un premio en Toledo y este fin de semana se les espera en las finales de tenis en el Mutua Madrid Open. Hasta la fecha sus apariciones siempre han sido en solitario, sin la presencia de los hijos de Falcó; dos de su matrimonio con Jeannine Girod, Sandra y Manuel; una con Isabel Preysler, Tamara; y Duarte y Aldara, de Fátima de la Cierva. Los mayores guardan silencio sobre esta relación y Tamara tampoco se ha pronunciado públicamente. Esta semana la hija de Preysler ha cumplido un año sin un solo acto promocional, cosa casi inédita en su biografía, aunque en breve regresará a los focos como imagen de unos bronceadores.

La rapidez con la que se han inscrito como pareja de hecho ha levantado también rumores sobre una posible nueva paternidad. Comentarios que en su entorno más directo han desmentido, ya que no tienen intención alguna de aumentar la familia. Tampoco de celebrar una próxima boda civil. «Con esa firma han solucionado una situación que querían oficializar sin vistas a dar más pasos ya que no les hace falta», asegura una persona de su confianza.

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