Alejandro Sanz, en su concierto de Madrid
Alejandro Sanz, en su concierto de Madrid - EFE

Canciones entre las sorpresas

La gira ‘Sirope Vivo’ cierra en Madrid después de 18 meses recorriendo España y América. Casi 100 conciertos, más de 600.000 espectadores, un equipo de 70 personas y una banda procedente de España, EE.UU. y Cuba

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La vicepresidenta se sabe las canciones de Alejandro Sanz. Periodismo de datos (tontos). Al menos algunas. «Corazón partío» desde luego. También «Quisiera ser». En la puerta la gente pedía entradas. Como en Bayreuth pero sin esmoquin. Todo el pescado estaba vendido. Ayer y hoy. La gira «Sirope Vivo» cierra en Madrid después de 18 meses recorriendo España y América. Casi 100 conciertos, más de 600.000 espectadores, un equipo de 70 personas y una banda procedente de España, EE.UU. y Cuba. Una de las chicas toca la trompeta y canta. No a la vez. La última vez que Alejandro Sanz estuvo en el Palacio de deportes, este se llamaba Barclaycard Center. Ahora no sé si se llama WiZink. Pero we think que por muchos nombres que le pongan vamos a seguir llamándolo Palacio de deportes (y a Don Limpio, Mr. Proper).

La pista estaba separada en dos. Los premium (hasta un WC Premium había), delante. Y tras una valla, el resto de los que querían estar de pie. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que es más premium que nadie, en la grada lateral, primera fila. Pero la levantaron y se fue una fila más atrás. Ella y María González Picó.

Antes de salir, Sanz soltó a dos concursantes de La Voz y al Coro Safari. Parecía «Mogambo». Luego los músicos de Sanz se desparramaron por el escenario. Sonaba «Sirope» con aires del «get on up» de James Brown en «Sex Machine» (una genialidad bizarra). A las 21.29 apareció el madrileño con una guitarra, unas botas Timberland (como si acabara de leer «Salvaje» de Cheryl Strayed) y cantando «Deja que te bese». Sin Marc Anthony. Dice Alejandro Sanz que se trabaja hasta la fonética. A veces no entendía nada. Y no porque llevara tapones por lo estridente del sonido («Capitán tapón» y su hijo llegarían en los bises). Vino «Quisiera ser». Para la tercera canción, Alejandro llamó a Malú («mi hermana pequeña»). Un griterío entre la gente... Atacaron «Desde cuando». Luego el cantante avisó de que iba a haber más sorpresas («y canciones entre las sorpresas»). Entre aquellas, «La música no se toca» y un popurrí con «Amiga mía», «Mi soledad y yo» o «¿Y si fuera ella?». José Mercé apareció para «Corazón partío».

«Madrid, señoras y señores, con ustedes el maestro Miguel Poveda». Cantó con él «No me compares». Sí, mejor. Pero un respeto. El público adora a Alejandro Sanz y el de ayer estaba entusiasmado. («¡Viva la madre que te parió!»). Alejandro Sanz es el Ruiz Zafón o el Pérez-Reverte de la música. Artistas para todos los públicos. Pisando fuerte.

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