Brigitte Macron confiesa que su relación de pareja no es el modelo ideal

La primera dama ha tenido que enfrentarse a numerosas críticas por el hecho de casarse con un hombre 24 años más joven que ella

Emmanuel Macron junto a su mujer Brigitte JEAN-PIERRE BRUNET

ABC

La historia de amor de Emmanuel Macron y su mujer Brigitte fue desde el primer momento de gran interés para los medios franceses. La primera dama era la profesora de teatro del político durante su adolescencia, donde surgió la química entre ellos.

Desde el primer momento, el matrimonio Macron ha tenido que enfrentarse a las críticas, pues tienen una diferencia de edad de 24 años. A pesar de todo, el matrimonio superó todos los obstáculos y a día de hoy siguen juntos y enamorados.

La pasada semana, Brigitte Macron concedió una entrevista a la cadena RTL, donde confesó su odio a que la consideren una mujer «cougar» –un término que proviene del inglés y que se utiliza para definir a las mujeres maduras que seducen a hombres más jóvenes –. Durante la entrevista, Brigitte se abrió en canal y trató algunos detalles de su vida actual y de la relación que mantiene con el presidente francés. Confesó que vive «feliz» en el palacio del Elíseo, aunque le gusta salir de su residencia para ir a comprar , ver a sus hijos o cenar en restaurante junto a su pareja. También, expuso que aunque su marido tenga tantas responsabilidades laborales, siempre sacan tiempo para ellos y tratan de desayunar y cenar juntos todos los días.

Haciendo referencia a los cambios que su marido podría haber experimentado estando en el poder, Brigitte no cree que haya cambiado su personalidad: « Físicamente, le han salido algunas arrugas , pero le sientan bien. A mí también me han salido algunas». Además en tono de humor añadió que hay veces que Emmanuel es «más viejo y más razonable» que ella.

Respecto a la diferencia de edad entre ambos, Brigitte comprende que sea un choque para muchas personas: « Nuestra pareja no es un modelo (...) Obviamente no es la pareja ideal. Estar en pareja es complicado, es una lucha diaria (...) Cuando hay un gran diferencia de edad, es todavía más complicado».

Por último, aludiendo a su papel como primera dama aseguró que no desempeña ninguna labor política y que únicamente trata de estar ahí siempre que su marido la necesita: «Soy una presencia, una presencia sin que me vean. Presente en todas partes, visible en ninguna parte. Cuando (Macron) tiene necesidad, sabe donde estoy».

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