Beckham vs Peltz, popularidad y glamur frente al auténtico poderío millonario

La fortuna de la familia de Nicola, la prometida de Brooklyn Beckham, triplica la del exfutbolista y la diseñadora

Brooklyn Beckham y Nicola Peltz en un desfile de Saint Laurent Fotos: EFE y GTRES
Ana Mellado

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El apellido Peltz, probablemente, no les diga nada. En cambio, al oír Beckham viene en seguida a la mente la imagen del apuesto exfutbolista y su estirada mujer a la que España le olía a ajo. Estos dos apellidos emparentarán el próximo año en la boda de sus hijos - Brooklyn Beckham (21) y Nicola Peltz (25)- con dos ceremonias, una en el Reino Unido y la otra en Florida, en las que planean invertir más de cuatro millones de euros. Y aunque pudiera parecer que adaptarse al tren de vida de los Beckham no es tarea fácil, este no será problema para los Peltz puesto que nadan en la abundancia y los millones. Con las cuentas sobre la mesa, la fortuna de los Peltz triplica a la de los Beckham. Los primeros acumulan unos 1.400 millones de euros, mientras que los segundos se quedan en la «modesta» cifra de 382 millones.

¿De dónde proceden estos ingentes patrimonios? Empecemos por los más desconocidos. La actriz Nicola Peltz es una de las ocho hijas que tuvo el magnate judío Nelson Peltz (78 años) con su tercera mujer, la exmodelo Claudia Heffner . El éxito de Nelson no atiende a enchufes de papá ni a másters caros en Harvard, sino a visión en los negocios y sagacidad. En 1963 abandonó sus estudios en la Escuela de Negocios Wharton, perteneciente a la Universidad de Pensilvania, y se puso a conducir camiones de la empresa de distribución de alimentos frescos y congelados creada por su abuelo, Adolph A. Peltz & Sons.

Inversión en alimentación

En 15 años hizo crecer el negocio exponencialmente . En 1983, Nelson y su socio comercial compraron una participación en la compañía de máquinas expendedoras y de alambre Triangle Industries Inc. Con los beneficios, fundó el fondo de gestión de inversiones con sede en Nueva York Trian Fund Management, a través del que invirtió en empresas como H.J. Heinz, Cadbury, Schweppes y Mondelez International, entre otros.

Como todo multimillonario exhibe sus excentricidades, gustos caros y manías. La familia reside en una mansión de 27 habitaciones situada en la finca High Winds, en Bedford (Nueva York, EE.UU.), con vecinos ilustres como Bruce Willis y Glenn Close . Dispone de pista de hockey y por el jardín campa a sus anchas una bandada de pavos reales albinos. Nelson acostumbraba a desplazarse en helicóptero a su oficina en la gran manzana hasta que colmó la paciencia de sus vecinos, quienes presentaron una demanda por el ruido. Además de varios helicópteros, posee dos jets privados. En verano y vacaciones se refugian en una mansión de 76 millones y 4 hectáreas en Palm Beach (Florida).

Nelson Peltz y Claudia Heffner, padres de Nicole, en Nueva York

Peltz se codea con las altas esferas y es un firme defensor y amigo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump . En febrero organizó una recaudación de fondos para su reelección. «Son las políticas correctas para Estados Unidos, deberían haberse implementado hace años», declaró a la CNBC el pasado mayo.

Respecto a los Beckham , hay poco ya que no sepamos. Hemos visto su vida desgranada en revistas y programas de televisión. Lejos del campo, el exfutbolista gestiona su marca de ropa, llamada Kent & Curwen, el whisky Haig Club o su propia línea de cosméticos, House 99. Pero nunca se ha desvinculado del deporte. Está muy ilusionado con su propio equipo, el Inter de Miami, y con su proyecto de fútbol virtual. Acaba de invertir 27 millones de euros para crear el club Guild eSports, que competirá en videojuegos de FIFA, Fortnite y Rocket League. La idea es iniciar los partidos en otoño, por lo que ya está reclutando a los jugadores profesionales que conformarán su cantera, así como buscando patrocinadores.

David y Victoria Beckham, con Cruz y Harper, en Cannes

Números rojos

Su mujer Victoria sigue luchando para mantener a flote su marca de ropa tras varios años en los que no le salen las cuentas. Al cierre del ejercicio 2018, registró unas pérdidas de 14,4 millones de euros ampliando así un 19,3% los números rojos del 2017. Durante el pasado mayo incluso solicitó ayudas al Gobierno británico para salvar su negocio, gravemente afectado por la pandemia. Con este dinero pretendía cubrir el sueldo de 30 empleados. El aluvión de críticas y acusaciones por recurrir al Estado con un patrimonio familiar de cientos de millones le hicieron dar macha atrás para limpiar su imagen.

Ahora, gracias a su hijo Brooklyn dan un gran salto en el escalafón social al emparentar con una de las familias judías más poderosas de Nueva York, con línea abierta con la Casa Blanca. Los Beckham ponen el glamur y los Peltz, los millones.

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