Las ayudas del Estado británico lastran la imagen de los Beckham

Ivannia Salazar

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28/04/2020
Actualizado 29/04/2020 a las 09:14h.

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La crisis desatada debido a la pandemia del coronavirus está afectando a millones de trabajadores en todo el mundo . En el Reino Unido, el Gobierno de Boris Johnson ha puesto en marcha el llamado furlough, una medida similar al ERTE español, cuyo objetivo es que los empleados sigan cobrando al menos una parte de su sueldo pese al parón impuesto por las autoridades para limitar los contagios. Así, el Estado cubre el 80% de cada salario de hasta 2.500 libras esterlinas al mes (unos 2.800 euros) y si la empresa quiere, puede pagar el resto hasta alcanzar el 100%, aunque no es obligatorio. Victoria Beckham (46 años) está en el centro de la polémica no solo por haberse acogido a este plan para suspender a 30 de los trabajadores de su marca de moda, VBL, sino por la irascible reacción que ha tenido ante las numerosas críticas recibidas.

Con una fortuna familiar que se calcula superior a los 350 millones de euros , a muchos les ha sorprendido que la diseñadora británica tomara la decisión de pedir la ayuda de emergencia del Gobierno. No obstante, pese a su inflada cuenta bancaria, esta división del negocio de los Beckham no es precisamente boyante. La marca, fundada en 2008 bajo el nombre de Victoria Beckham Limited, solo ha acumulado pérdidas en sus casi 12 años de vida, pese a que el sector de la moda reconoce su prestigio y buen hacer, al menos creativamente hablando. Es la propia Victoria quien controla la firma junto a su marido, el exfutbolista David Beckham (44), a través de su compañía Beckham Brands Holdings, que fue fundada en 2014 junto a Simon Fuller , socio y creador del programa de talentos «American Idol», y a quien en 2019 a su vez pagaron cerca de 30 millones de euros para hacerse con el control total de la compañía. La entrada en escena de Neo Investment Partners, firma de capital privado que en 2018 inyectó 13,5 millones de libras en VBL para mantener la firma a flote no parece suficiente.

De ahí que la aventura empresarial de la ex Spice Girl haya sido calificada en numerosas ocasiones como un acto de pura vanidad, críticas que ahora han arreciado al conocerse que es el dinero de los contribuyentes el que pagará el salario a los empleados de su malogrado proyecto, aunque, según algunas fuentes, la empresa está añadiendo un 20% extra para que el personal suspendido reciba su sueldo completo. Una de las reglas establecidas por el Gobierno para acceder a la ayuda es justificar que la empresa « no puede mantener su fuerza de trabajo actual porque sus operaciones han sido severamente afectadas por el coronavirus», lo que parece que no es el caso de Victoria Beckham, quien se pregunta por qué ella como empresaria no tiene derecho a acogerse al furlough.

Uno de los más duros detractores de la pareja es Piers Morgan, famoso presentador de «Good Morning Britain», quien ha afirmado en su programa: «Lo siento, pero este plan de ayuda no es para multimillonarios como ustedes dos», que lo que hacen es «dirigir un famoso negocio de vanidad que no genera dinero». Morgan se quejó de que ambos aparecieran ante las cámaras defendiendo al NHS (el Sistema Nacional de Salud): «Si vas a ir a la televisión nacional y decir que el NHS realmente significa algo para ti, ¿por qué no te sumerges en tus propios bolsillos, en lugar de en los bolsillos de los contribuyentes? Los Beckham no necesitan protección, ¡ pueden pagar a su propio personal !», zanjó. Y no son pocos los que se han hecho eco de estas palabras.

Tan es así, que los publicistas de la pareja han tenido que salir al paso de la polémica. De momento, la recomendación de su equipo para evitar mayores daños a la imagen de marca de la familia (una de la más potentes de Reino Unido) es que dejen pasar la tormenta en silencio y, además, que Victoria deje de alardear en su cuenta de Instagram (donde tiene más de 28 millones de seguidores) de su privilegiada cuarentena en su mansión de Cotswolds (Inglaterra).