Angelina Jolie se sometía a controles antidroga diarios para encarnar a Lara Croft

La primera mujer al frente de un estudio fue Sherry Lansing, de 72 años, quien dirigió Paramount Pictures durante una década al principio del milenio. Ahora su biografía, «Leading Lady», llega a las librerías el próximo 25 de abril cargada de sabrosos chismes. Amiga íntima de Tom Cruise y Mel Gibson, a quienes defiende abiertamente en sus páginas, asegura que su manera de dirigir fue muy igualitaria: «Si alguien te arruina, tienes el derecho a saldar la cuenta».

El libro, redactado por el periodista Stephen Galloway, es una ventana abierta a la trastienda de la industria del cine. Y en sus páginas descubrimos el acoso por parte del estudio hacia Angelina Jolie, por el miedo de la propia Lansing a contratarla.

Jolie tuvo que someterse a test de drogas diarios para protagonizar la película «Lara Croft: Tomb Raider», estrenada en el año 2001. La revelación de Sherry resulta sorprendente y relata cómo Jolie, a pesar de las llamadas en contra de su padre, Jon Voight, y de Jane Fonda (amiga de la familia) consiguió el papel para la taquillera película. Un filme que terminaría lanzándola al estrellato cinematográfico.

Según extractos en el libro, la imagen de niña de Jolie era una espada de doble filo: resultaba perfecta para vender la película, pero provocó que los ejecutivos de estudio estuvieran preocupados de que ella liderase el reparto de un proyecto multimillonario.

En aquella época, la actriz tenía 24 años, había hecho unas diez películas y tenía dos Globos de Oro a mejor actriz de televisión. A ello se le unía que su reputación se cuestionaba por su afición a las drogas y las extrañas relaciones que mantenía con su hermano, James Haven, y con otros hombres. Su cuestionable reputación se incrementó cuando Lansing se descubrió la fragilidad emocional de Angelina y dudó que fuera la actriz adecuada para el personaje. Fue el director del filme, Simon West, quien convenció a la jefa del estudio después de hablar con Jolie. «Mira, quiero hacerlo, pero sé cuál es mi reputación, y haré lo que quieras para demostrar que soy digna. Seré fiable, y me presentaré y trabajaré duro. No me importa si el estudio quiere hacerme test de drogas todos los días», zanjó Angelina, y así empezó su calvario en el rodaje.

La productora de la película, Paramount Pictures, tomó la decisión de seguir con ella en el proyecto, pero Jolie tuvo que pasar test diarios de drogas, con análisis de orina y de sangre. El problema real empezó cuando West contrató a Bobby Klein, un ex fotógrafo y supuesto terapeuta, para controlarla. Las relaciones se volvieron tensas y la actriz estuvo a punto de romper el contrato.

El productor Larry Gordon, se quejaba de la presencia de Klein, quien pidió entrenar físicamente a la actriz sustituyendo al especialista de doblaje. Sin embargo, cuando Scotland Yard detuvo a Klein por acosar sexualmente a la asistente de Simon West, la película pudo terminarse sin problemas.

«Tomb Raider» recaudó casi 250 millones de euros en 2001, suficiente para convertir a Angelina en la mayor estrella de Hollywood.

En su libro, Lansing explica también que la película «Atracción Fatal» está inspirada en una relación que ella tuvo en los 80 con uno de sus novios y que para el personaje central, que encarnó Glenn Close, se consideraron a las actrices Barbara Hersey, Isabelle Adjani y Susan Sarandon.

Tal vez, las mejores líneas se las dedica a dos de sus grandes amigos, Tom Cruise y Mel Gibson; los dos, según ella, tratados muy injustamente por la industria: «Sé que Tom pertenece a la Cienciología, pero nunca hizo nada que me provocara incomodidad. Cada uno puede creer en lo que quiera. Y Mel es un hombre muy educado, muy buen amigo mío».

Habría que preguntar a las ex mujeres de Tom y de Mel Gibson si piensan lo mismo que la ex CEO de uno de los grandes estudios de Hollywood.