Los reyes búlgaros con sus hijos
Los reyes búlgaros con sus hijos - archivo abc

Una Familia Real en el camping

Hay campistas de imaginación portentosa que elucubran sobre las desavenencias de la familia de la caravana de al lado y suponen que viajan así porque la vida no les da para más

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Cuentan quienes son aficionados a hacer turismo en caravana que uno de los mayores divertimentos, llegados al camping en el que se instala el vehículo, es averiguar a quién tienes aparcado al lado. Llegados a este punto, los campistas se dividen en dos tendencias. Unos son los más afines al periodismo de investigación: los que quieren saber todo del vecino y la prole que le acompaña. De dónde son, en qué se ganan la vida o se la ganaban en el pasado si tienen pinta de jubilados; si son vegetarianos o carnívoros, a qué lugares han viajado en su caravana, cuánto les costó esta… Y luego está la otra categoría: los de imaginación portentosa, casi novelesca, a quienes gusta armar en su cerebro una historia en la que elucubran sobre las desavenencias de la pareja o la familia de la caravana de al lado, los que suponen que viajan en caravana porque la vida no les da para más y se atreven a aventurar que estos se pasarán el resto de su vida con unos veraneos similares, no por gusto sino por falta de poder escoger otra opción.

Cabe imaginar que aquel 7 de julio de 1979 en el Palmeral de Elche nadie que tuviera su caravana aparcada en las inmediaciones de la de la foto pudiera imaginar quién era la familia que recorría España en ese vehículo. Ni con la más calenturienta imaginación novelesca parecía probable que en ella viajasen los Reyes de los Búlgaros con sus hijos. En la imagen vemos al Rey Simeón con cuatro de ellos: de izquierda a derecha los Príncipes Kardam, Kalina, Kubrat y Konstantin. Faltan la Reina Margarita y el Príncipe Kyril, alguno de los cuales estaba, con toda probabilidad, del otro lado de la cámara de fotos. Como máximo indicio de la identidad de los ocupantes, el color blanco de del vehículo estaba decorado con una rayas verdes y rojas, lo que completaba los tres colores de la enseña nacional búlgara. Pero habría que ser Hercules Poirot en persona para atar esos cabos.

Y si ya hacía falta imaginación para aventurar que esa familia estuviera integrada por un Rey en el exilio, su mujer y sus hijos, habría que tener una intuición disparatada para adivinar cuál era el origen de la caravana en el que la Familia Real de Bulgaria recorría el levante español. El buen ojo podría dar una pista viendo la matrícula de vehículo. Era una pista más concreta que el colorido de la caravana: tenía matrícula de Marruecos. Y es que esa caravana, antes que a Simeón II de Bulgaria había pertenecido a Hassan II de Marruecos, lo que permite intuir que probablemente contaba con unas comodidades que eran ajenas a la mayoría de las caravanas del camping.

Si es que va uno a un camping y se encuentra con cualquiera.