Lluís Llongueras: «Yo fui quien le hizo la permanente a la duquesa de Alba»

Ha peinado a reinas, artistas, aristócratas e inconos de la jet. El peluquero español más célebre recuerda a sus clientas

Lluis Llongueras el pasado 3 de febrero, durante un homenaje en Madrid GTRES
Teresa de la Cierva

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Durante la entrega del Premio Leyenda 2019 de la Peluquería Internacional a Lluís Llongueras (82 años), el pasado domingo, el estilista británico Tony Rizzo le definió como el «Salvador Dalí de la peluquería». No podía haberlo definido mejor. Porque Llongueras, el peluquero de Esparragueras (Barcelona) y pionero en crear escuela, fue un gran amigo del pintor de Figueras.

«Dalí era una locura. Es irrepetible, no solo como artista sino también como persona, y me influyó en todos los aspectos de mi vida», cuenta el estilista a ABC. «Él me incitó a ser como era, a no cambiar. Dalí iba a lo suyo , con sus ideas, y no escuchaba a nadie. Y yo era muy parecido; lo he seguido siendo toda la vida y me ha ido bien».

La peluca más grande

De su estrecha relación de amistad surgió la peluca más grande del mundo (está en que el Libro Guiness de los Records), expuesta como cortina de la habitación de Mae West en el Museo Dalí. «Le propuse poner rulos a una peluca porque las mujeres ya no los llevaban, y hacernos una foto. Le pareció genial, y después hicimos varias pelucas en París , pelucas pensadas para él…».

Pero Llongueras también fue apodado como el peluquero de la jet set en los años 70, a pesar de empezar barriendo pelos y sirviendo cafés en un salón. «Un día, mi tía Teresita cogió unas tijeras de su casa y me dijo: “Tú que trabajas en una peluquería, córtame el pelo”. Le gustó a una amiga suya, a una vecina nuestra… y se hizo como una bola de nieve”, recuerda.

Empezó a cortar el pelo a domicilio y en 1958 inició su cadena de peluquerías; en el año 71 abrió el primer centro de formación para peluqueros y tres años más tarde, su primer salón en la rue Saint-Honoré de París, del que Dalí fue su cliente más habitual. En aquellos tiempos sus estilismos ocupaban ya las portadas de las revistas de moda y los programas de televisión.

Clientas ilustres

Bianca Jagger Rose Hartman

«La primera clienta conocida que recuerdo es la Begum Aga Khan, que vino a Barcelona para asistir a una gala benéfica en el Liceo. Una señora guapísima, con una presencia realmente impactante», recuerda. Sus tijeras han recortado también las melenas de Anjelica Huston , Bianca Jagger, Rachel Welch, Jacqueline Bisset… «Con Jacqueline Bisset tuve una preciosa amistad que duró mucho tiempo y aunque no nos veíamos mucho, nos escribíamos cartas o hablábamos por teléfono». De Bianca Jagger cuenta que se presentó un buen día en su salón, sin identificarse, y estuvo muy natural. «Era una mujer con una gran personalidad, bella».

Habla con mucho cariño de la duquesa de Alba , que «era una mujer muy especial, amable y educadísima, y aunque tenía más títulos que la Reina de Inglaterra, era muy sencilla». Recuerda que, nada más conocerla, le invitó al Palacio de Liria y le enseñó personalmente las obras de Goya y su colección de arte. «A partir de aquel momento, tuvimos una relación de amistad . Incluso me atreví a pedirle que fuera presidenta del Premio de Imagen Llongueras. Lo aceptó, y es una fecha que guardo con mucho cariño». ¿Es usted el responsable de aquella cabeza inundada de caracoles? «Sí, hace muchos años yo fui quien le hice una permanente para estar más cómoda», asegura. «La última vez que la vi nos encontramos en el AVE y fuimos todo el viaje charlando. Era una gran conversadora».

La duquesa de Alba y Lluís Llongueras ABC

Otro gremio que le adoraba era el de las folclóricas. «Y también peiné a Norma Duval y Alaska», añade. «Recuerdo una vez que nos reunimos todos en un aperitivo que ellas solían organizar y allí me vi rodeado de Lola Flores, Carmen Sevilla , todas las bailaoras… fue curioso y divertido». La Reina Sofía también ha sido clienta, así como las Infantas Elena y Cristina, «pero a la Reina actual no he tenido ocasión de peinarla, aunque tengo una anécdota con ella: cuando tenía 18 años y estaba estudiando, su abuela Menchu me hizo una entrevista en Oviedo, y Letizia hizo de modelo porque era una niña muy guapa». ¿Le recomendaría que se hiciera algo diferente en el cabello? «Tiene que ir sencilla. Con su cargo tiene que llevar algo sobrio».

La mujer más bella

¿Cuál es para usted la mujer más bella del mundo? «Mi hija pequeña, que tiene 19 años», contesta. Ninguno de sus hijos -tiene seis de dos matrimonios- ha querido seguir sus pasos. «De las chicas, la mayor ha llevado peluquerías, pero a nivel gestión, no como peluquera, lo cual me deja mucho más tranquilo -comenta entre risas-, la segunda murió en un accidente de circulación, y la tengo siempre en el pensamiento; y la pequeña es muy artista y está estudiando Diseño Gráfico». La vena plástica le viene de su padre, que no solo ha peinado cabezas . Las pinta, esculpe, fotografía e incluso describe. «He ganado un premio de arte y cultura en Francia, un premio de fotografía, me han publicado varios libros …», presume. Y es que, como escribió una vez Daniel Giralt-Miracle, de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, «Llongueras no es un peluquero que aspiraba a ser escultor, sino que ya era un escultor y un artista que se expresaba como peluquero». ¿A cuál de estas artes va a dedicar el resto de sus días? «Hay un filósofo francés que ha escrito un libro titulado ‘‘Qué se puede hacer en tus últimos años de la vida”, y recomienda escribir. Y eso estoy haciendo».

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