«Limosna patriótica» para salvar Fontainebleau

Sus gestores venden virtual y simbólicamente ladrillos y baldosas del castillo, a mil euros la pieza, para recaudar fondos que sufraguen su restauración

El castillo Fontainebleau se construyó en el siglo XVI ABC
Juan Pedro Quiñonero

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Diez millones de euros anuales son insuficientes para restaurar el castillo de Fontainebleau (Seine-et-Marne), a 50 kilómetros de París, que comenzó a construir François I (1515 - 1547). Hoy se han visto condenados a «pedir limosna patriótica» para poder restaurar su escalera principal, puesto que la dotación que tiene asignada como monumento nacional no llega para cubrir la reforma.

Fontainebleau espera conseguir varios centenares de millares de euros «vendiendo» los ladrillos y baldosas de la escalera principal, a un precio de ganga. «Por mil euros, cómprese un ladrillo o baldosa que pisaron Luis XIV y Napoleón…» . Se trata de una venta virtual: el comprador será un donante de mil euros, que recibirá a cambio una cajita con un diploma, una foto, una reproducción del ladrillo o baldosa comprado, con el fin de contribuir a la salvación de una de las escaleras más legendarias de la arquitectura real francesa.

El castillo de Fontainebleau fue una de las joyas de la corona de Francia, residencia secundaria de sucesivos monarcas, hasta Napoleón III. Quizá las fiestas de Luis XIV y Luis XV marcaron el gran fasto de su historia, para caer en una muy relativa decadencia tras la epopeya bonapartista y la irrupción de una nobleza de nuevo cuño.

A juicio de un equipo de arquitectos que trabajan para la defensa del patrimonio nacional, Fontainebleau necesita trabajos de restauración urgentes para evitar el deterioro general del edificio, víctima de la edad y la humedad. Las ilustres piedras del castillo han comenzado a ennegrecerse de manera inquietante.

Llueve sobre mojado. El gran teatro imperial del castillo, idea de Napoleón III y Eugenia de Montijo, solo pudo restaurarse gracias a una donación de diez millones de euros del Emirato de Abu Dabi. El gran fasto de un muy católico emperador francés restaurado gracias al dinero donado a fondo perdido por un muy noble príncipe musulmán.

La cantante Lana Del Rey utilizó la antigua residencia real para rodar un vídeo a mayor gloria personal, «Born to Die». Con el fin de conseguir nuevos ingresos, el palacio ha sido alquilado a varios productores de cine y televisión. Las entradas de las visitas siguen aportado dinero a la fundación, que rige los destinos de la antigua residencia secundaria, para preservar el lustre, pero no es suficiente.

La catedral de Notre Dame, uno de los más grandes monumentos del gótico europeo, la iglesia de Saint-Germain-des-Prés, el corazón chic - glamour de París, entre otros grandes monumentos, han recurrido a la filantropía internacional, para comenzar trabajos de restauración urgente. El presidente Macron ha lanzado una lotería nacional destinada a buscar dinero para financiar la restauración de monumentos , la temporada que viene. Fontainebleau recurre a la «limosna patriótica». El Estado no tiene dinero para restaurar la grandeur (grandeza) difunta o amenazada.

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