«La Tigresa», la etarra repudiada que rechazó la violencia tras asesinar a 23 personas

Idoia López Riaño saldrá mañana de la cárcel tras cumplir 23 años de condena

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El 14 de julio de 1986, ETA llevó a cabo uno de sus crímenes más atroces. El suceso tuvo lugar a primera hora de la mañana en la plaza de la República Dominicana de Madrid, donde la banda hizo estallar un coche bomba cargado con 35 kilogramos de explosivo Goma-2. El objetivo era un convoy con 70 jóvenes agentes de la Guardia Civil que marchaban hacia las afueras para realizar prácticas de conducción de motocicletas. La explosión acabó con la vida de 12 de ellos, mientras que otras 32 personas resultaron heridas.

Este martes volverá a ser libre una de las máximas responsables del atentado. Se trata de Idoia López Riaño (San Sebastián, 1964), conocida por las fuerzas de seguridad como «La Tigresa».

Una exterrorista sanguinaria sobre la que pesa la muerte de 23 personas, motivo por el cual fue condenada a 2.000 años de cárcel. Sin embargo, su paso por prisión ha sido efímero, pues solo ha cumplido un año por cada uno de los asesinatos que cometió. Este martes, la criminal abandonará la cárcel de Nanclares de Oca, en Álava, donde ha pasado los últimos años.

López Riaño fue uno de los últimos integrantes de la banda que se acogió a la Vía Nanclares, un extinto proyecto impulsado durante la etapa de Rodríguez Zapatero para reinsertar a los presos arrepentidos en la sociedad. En este sentido, la terrorista remitió al juzgado varios comunicados en los que admitió algunos de sus crímenes y rechazó la violencia. Gestos que le sirvieron para gozar de distintos permisos penitenciarios, como el que obtuvo en 2015 para sacarse el carnet de conducir.

Su rechazo a la actividad criminal, sin embargo, también le hizo ganarse enemigos entre la izquierda radical. «La Tigresa» fue repudiada por su excompañeros, que la expulsaron del colectivo de presos después de que tanto ella como su marido, Joseba Arizmendi, firmaran un documento de rechazo a la banda.

Pasado criminal

«La Tigresa» pasó a formar parte de la organización en 1982, cuando se integró en el «grupo Oker». Dos años más tarde llevó a cabo su primer asesinato, el del francés Joseph Couchot, supuestamente relacionado con los GAL. Apenas unos meses después acabó con la vida del traficante Ángel Manuel Facal Soto: «ETA tiene ciertos valores y aquí no se habla de las víctimas que eran los niños del colegio donde este introducía heroína para asegurarse futuros clientes», se excusó la etarra ante la Audiencia Nacional.

Su época de mayor actividad terrorista tuvo lugar tras su ingreso en el «Comando Madrid», donde coincidió con Antonio Troitiño e Iñaki de Juana Chaos. Juntos acometieron el atentado de la plaza de la República Dominicana, crimen que consagró a «La Tigresa» como uno de los miembros más feroces de ETA: «Las muertes de este comando me duelen en lo más profundo del alma, y aún más por no haber podido hacer nada por evitarlas –aseguró en 2016–. Yo solo tenía 20 años y aún así me jugué la vida en eses intento».

Los siguientes años de su vida los pasó en Argelia y el sur de Francia, donde finalmente fue detenida en 1994, y siete años más tarde fue extraditada a España, donde la Audiencia Nacional la condenó a 2.111 años de cárcel.

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