Los padres del asesino de la bebé de Vitoria aseguran que de niño oía voces

El acusado se negó a ser tratado, de forma que no recibió tratamiento psiquiátrico ni psicológico

EFE

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La enajenación mental es la principal baza que maneja la defensa de Daniel M., para el que piden una pena de prisión permanente revisable por asesinar a una bebé de 17 meses en Vitoria, para obtener para su cliente la eximente completa. El propio acusado, que se define como un «trabajador de luz» destinado a acabar con el «mal» , afirmó ayer que el día de la tragedia vio en los ojos de la pequeña «la semilla del diablo» . Una versión que han alimentado este jueves los padres del sevillano, quienes han asegurado ante la Audiencia Provincial de Álava que su hijo ya oía voces cuando era niño .

Concretamente, han explicado que Daniel les informó de que oía voces a los nueve años. Sin embargo, el niño se negó a ser tratado, de forma que no recibió tratamiento psiquiátrico ni psicológico . Pocos meses antes del asesinato, que tuvo lugar la noche del 25 de enero de 2016, el padre del acusado mantuvo con su hijo conversaciones que hoy ha definido como «delirantes» , pues hablaba de la existencia de dos mundos, de la luz y la oscuridad y de que él se consideraba enviado de esa luz.

En la sesión de hoy también ha declarado una expareja de Daniel, con quien vivió un episodio «raro» cuatro o cinco meses antes de que acabara con la vida de la pequeña Alicia: « Se volvió loco, se le metió el diablo —ha declarado—. Empezó a arrastrarse por el suelo, a gritar». Asimismo, ha asegurado que el sevillano tenía «un problema con el sexo», que no se «saciaba» y que le gustaba sentir el dominio sobre la mujer en sus relaciones.

«El fin del mundo»

Precisamente, la madre de la bebé asesinada explicó ayer que Daniel adoptó una actitud violenta después de rechazar mantener relaciones sexuales con él . De procedencia brasileña, la joven había iniciado una relación sentimental con el acusado un mes atrás. La noche del crimen se desplazó hasta el piso del sevillano acompañada por su hija. Pasadas las doce y media, el anfitrión comenzó a realizar comentarios «raros» sobre «algo de que los niños iban a provocar el fin del mundo» .

Según relató la madre, tras percatarse de la extraña actitud del anfitrión trató de buscar un autobús que la llevara a Burgos, donde residía, pero al no conseguirlo decidió irse con su hija a dormir. Él, que se había quedado escuchando música, le envió un mensaje de whatsapp en el que le proponía mantener relaciones sexuales. La joven ni siquiera llegó a contestar: «Pasé totalmente», relató. Poco después, Daniel entró en el cuarto y se detuvo frente a Alicia, la pequeña, a la que comenzó a presionar el pecho.

Gabriela se levantó y apartó al acusado de su hija. Entonces, Daniel comenzó a golpear a la joven, que entonces tenía 18 años. «Alicia lloraba -explicó-. La empujé fuera de la habitación pero no me dio tiempo a cerrar la puerta». Finalmente, el varón cogió a la niña del suelo, rompió la ventana de la habitación y la lanzó a la calle . La víctima cayó desde una altura de cinco metros y sufrió graves heridas en la cabeza que le causaron la muerte.

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