La M-30 cambiará su trazado a mediados de noviembre por el derribo de la tribuna del Vicente Calderón

Los operarios ultiman el desvío que pasará por la parte central del estadio. Vecinos y los dos colegios de la zona piden medidas para paliar las molestias

Estado actual de las obras del Vicente Calderón FOTOS: JOSÉ RAMÓN LADRA
Aitor Santos Moya

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Cambio de tercio en la Operación Mahou-Calderón. Con el antiguo estadio rojiblanco prácticamente reducido a polvo y escombros, los operarios ultiman los trabajos para acondicionar el desvío provisional de la M-30, previsto en el proyecto, que modificará el trazado de la vía de circunvalación más transitada de España mientras duren las obras de demolición de la tribuna principal. El Ayuntamiento estima que a mediados de noviembre los coches ya circulen por la parte central del histórico coliseo, donde antaño se extendía el terreno de juego.

Desde el área de Obras y Equipamientos, dirigida por la delegada Paloma García Romero, prevén que una vez completado el derribo el tráfico regrese a su trazado habitual , hasta que se acometa la cubrición de la M-30. Es entonces cuando, a expensas de la decisión final del área de Movilidad y Calle 30, se pondrá en marcha una segunda variante que se mantendría operativa hasta el final del proyecto. Para la implementación del primer desvío, los técnicos levantarán una pequeña colina, conocida como «mota» o «caballón» entre la calzada y la ciudad para proteger del ruido a los edificios más cercanos. El montículo se construirá con restos del propio estadio.

Las obras, que avanzan con cuatro meses de retraso respecto al plan original aprobado por la anterior Corporación, se centran en dos flancos: por un lado, el desmantelamiento del Calderón que, en palabras del vecindario, se está realizando de una manera «discreta»; y, por otro, las tareas en el solar de la fábrica de la Mahou, donde el «movimiento de tierras» supone un «quebradero de cabeza». A ello se suma la urbanización de los viarios comprendidos entre los paseos de los Pontones, Imperial y Melancólicos, que mantiene parte de la calzada actualmente levantada.

«Lo que más nos preocupa es el paso de camiones y maquinaria pesada a primera hora del día, justo cuando entran los alumnos a los dos centros educativos que hay en la zona», explica la exportavoz del Ampa del instituto Gran Capitán y miembro de la asociación de vecinos Pasillo Verde-Imperial, Susana de la Higuera. En ese sentido, los afectados señalan que el tránsito de este tipo de vehículos se había restringido dos semanas atrás: «Hasta que esta semana hemos vuelto a ver como entran y salen del recinto que albergaba la cervecera». El problema reside en la concentración de niños y adolescentes que, entre las 8 de la mañana (hora de entrada al Gran Capitán) y las 9 (del colegio Tomás Bretón), acceden a las aulas para iniciar su jornada educativa.

La situación de este último centro es especialmente controvertida dada la cercanía, «pared con pared» , con los terrenos de la Mahou. «Al otro lado del patio hay un agujero tremendo. Estamos preocupados con el movimiento de tierras porque ya ha habido “peques” que han advertidos de temblores», advierte Beatriz Navarro, del Ampa del Tomás Bretón, a la espera de confirmar tal extremo con los agentes implicados en las actuaciones.

Tres escolares camino del colegio

Fuentes del área de Obras y Equipamientos inciden en «pedir disculpas» a los vecinos si se están generando molestias «que vayan más allá de lo que suponen unas obras de estas características» y aseguran que hablarán con las empresas «para minimizar» los efectos y estudiar las peticiones de los damnificados. De esta forma, están dispuestos a adelantar la próxima reunión con la comisión de seguimiento creada para tratar todas las cuestiones relacionadas con los trabajos, prevista para diciembre, en el caso de que así lo solicitaran: «Seguimos abiertos a hablar con ellos y escuchar sus inquietudes, así como a seguir ofreciéndoles una puntual información del desarrollo de las intervenciones en la zona».

El pasado 3 de octubre, las diferentes asociaciones y centros afectados remitieron un escrito a la concejal de Arganzuela, Cayetana Hernández de la Riva (PP), en el que adjuntaban un mapa interactivo con hasta 19 puntos «conflictivos» que, a su juicio, requieren de distintas soluciones. Piden, entre otras medidas, establecer señales de limitación de velocidad a 20 kilómetros por hora, prohibir el tránsito de camiones durante las horas de entrada y salida de los centros escolares o que estos vehículos cubran sus bañeras con lonas y rieguen sus neumáticos antes de abandonar las áreas de trabajo.

«Entendemos que es una obra en constante movimiento », remarca el presidente de Pasillo Verde-Imperial, Pelayo Gutiérrez, consciente de que algunos de los perjuicios resultan inevitables: «Es normal que se produzcan molestias, pero si podemos evitar varias de ellas será mejor para todos».

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