Rebelión contra la «avenida de la muerte»

El último accidente de tráfico en la avenida de los Rosales de Villaverde, con un fallecido y tres heridos, uno de ellos en estado crítico, ha puesto de relieve, una vez más, el peligro de esa vía, bautizada por los vecinos como «de la muerte». Por ello llevan años clamando para que se realice una glorieta con la que se ponga fin a los problemas que ocasiona ese punto negro, sin que, por el momento, les hayan escuchado.

El siniestro ocurrido la noche del viernes ha coincidido, precisamente, con una nueva campaña de recogida de firmas de la Asociación de Vecinos Independiente. Exigen a la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid la construcción de esa rotonda entre la avenida de los Rosales y la calle de Hulla.

Esta se niega y alega que se trata de una carretera y no de una calle. Los residentes solicitan, además, que se adopten medidas para reducir la velocidad en ese tramo autonómico y que se cree una nueva conexión con el «bypass» de la A-4.

Mientras el conflicto sigue estancando, a las 21 horas del viernes, a la altura del número 147 – junto a la gasolinera de Cepsa–, se produjo una colisión frontolateral entre dos vehículos, por causas que están siendo investigadas por la Policía Municipal.

En uno de ellos viajaba la víctima, una mujer de 52 años, junto a su marido y conductor, de 55, y su hija, de 14. Cuando llegaron los sanitarios del Samur-Protección Civil, ella, que ocupaba el asiento del copiloto, estaba en parada cardiorrespiratoria y tenía varios politraumatismos graves. A final, los médicos no lograron revertir su estado y certificaron su óbito. Su marido sufría un corte en la nariz de carácter leve, si bien fue trasladado hasta el Doce de Octubre para ser explorado. La chica tenía un traumatismo abdominal e ingresó en el mismo centro sanitario con pronóstico reservado, indicaron desde Emergencias Madrid.

Peor parado resultó el joven conductor del otro turismo, de 20 años, –accidentado cuando realizaba una maniobra–, que se debatía al cierre de esta edición entre la vida y la muerte. A consecuencia del impacto, sufrió una parada cardiaca y diversos traumatismos, craneoencefálicos y torácicos, entre otros. Ingresó en el Gregorio Marañón en estado crítico.

Cinco muertos en 2007

El percance más grave que ocurrió en este punto negro se produjo la medianoche del 15 de mayo de 2007, cuando cinco miembros de una familia de origen dominicano, de entre 28 años y 18 meses, perdieron la vida tras colisionar frontolateralmente con un autobús de La Veloz que iba sin viajeros, en la A-4.

El coche, ocupado por siete personas, no había pasado la Inspección Técnica y la conductora no tenía permiso de circulación. Las víctimas habían estado en la Pradera de San Isidro y estuvieron a punto de volver en dos coches diferentes.