Interior de la parroquia de Santa Bárbara
Interior de la parroquia de Santa Bárbara - ERNESTO AGUDO

Parroquia de Santa Bárbara: el templo nacional del amor confesado

El santuario, que se encuentra junto al Tribunal Supremo, está dedicado al sacramento del matrimonio

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un amplia lonja, escala humana y celeste, piedra berroqueña en la fachada y el Cantar de los Cantares. Barroco rococó madrileño donde los haya, refinado, sensual, cortesano si me apuran, otrora capilla del convento de las Salesas Reales, también templo del fiel amor, monarquía, Fernando VI y Bárbara de Braganza, tribuna real para oír misa, San Francisco de Sales, las visitandinas y santa Juana Fermiot Chantal. Santa Bárbara o la melodía del amor: «Bésame con los besos de tu boca»… día sí, día no, «Llévame contigo, ¡corramos!»… Los jóvenes casaderos suben por la amplia escala, se acercan al altar de Dios, al altar del amor que se hace sacramento con el sí de la voluntad. Toma «Amoris laetitia», con capítulo octavo o sin capítulo octavo, que doctores tiene la santa madre Iglesia.

La madrileña parroquia de Santa Bárbara, en el cruce de los caminos de la vida, General Castaños y Bárbara de Braganza, lateral, al costado del Tribunal Supremo, dura lex, sed lex, —que allí celebra el inicio litúrgico del año judicial y los funerales de los magistrados—, es el templo nacional del amor confesado, Santuario dedicado al sacramento del matrimonio. Una parroquia que acoge; un sacramento que recoge la fecundidad del amor; una Iglesia que gesta un sacramento, la Iglesia proto-sacramento, felicidad, alegría, novios, fieles y demás familia. Ah, y series de televisión, y cine, que la vida no es una película, pero esta es la parroquia de la diócesis con más demanda de permisos de grabación. Santa Bárbara, preciosa historia, de amores y desamores. El amor, ante el altar y el trono, aquí yace, fidelidad e infidelidad. Indeseable convivencia con Isabel de Farnesio, Carlos III, la que se avecina.

Se colocó la primera piedra de este convento el 26 de junio de 1750, siendo consagrado el 30 de diciembre de 1758. Doña Bárbara y su esposo Fernando VI habían encargado los planos a Sachetti, arquitecto real, pero prefirieron los de Francisco Carlier, que había construido la iglesia de El Pardo, aunque la ejecución fuera de Francisco Moradillo. Costó un potosí para la época, los dispendios del amor, hasta el punto que la lengua afilada del todo Madrid decía aquello de «Bárbara reina, bárbara obra, bárbaro gesto, bárbaro gusto, bárbaro gasto». Lujo y belleza en el interior, obras de Corrado Giaquinto, Francesco Mura, Sabatini, Suñol, Cignaroli, Juan Domingo Olivieri, Vergaz, León y Francisco Gutiérrez, mármoles de Carrara, todo es arte. El general Prim, durante la «septembrina», destinó el convento a Palacio de Justicia. Fue víctima de un desolador incendio en 1915. De allí se marcharon las religiosas Salesas hacia su actual ubicación en la calle Santa Engracia. Los padres redentoristas se hicieron cargo de la Iglesia en 1891. Se me olvidaba, y también el sepulcro del Capitán General don Leopoldo O´Donnell y Joris.

Don Agapito Domínguez Domínguez es el párroco de este santuario de la acogida del amor. Le ayuda en las tareas pastorales el sacerdote José Pereira Lorenzo y cuentan con el auxilio de don Eduardo López. Me insiste el párroco, al que se le nota la experiencia pastoral por los cuatro costados, que esta parroquia es de tránsito, y que en el movimiento, la velocidad, es estación de servicio, culto a Dios, hogar de cultura. Caridad también para quienes transitan ligeros de equipaje, que si por algo se caracteriza esta Cáritas parroquial es por ayudar a los transeúntes, ofrecerles lo necesario para seguir en el camino de la vida. En el territorio de la parroquia se encuentra el piso de Cáritas para acogida de madres embarazadas en riego de exclusión, que esto suena a paradoja, por no decir ironía, la inclusión de la vida y la exclusión de la sociedad.

Tres mil euros mensuales destinados a ayudar a las familias que también son de tránsito porque esta zona de Madrid es algo más que arte e historia. Y en la parroquia los grupos de Vida ascendente, Confirmación, Comunión y el Aula de cultura, y los de pastoral matrimonial, que es el santo empeño del párroco con los jóvenes que se casan y se suman a este diálogo sobre el amor y la vida. «¡Grábame como sello en tu corazón!», el amor acogido y acogedor en este Santuario.

Ver los comentarios