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Vídeo: El presunto pederasta de Ciudad Lineal defiende su inocencia visiblemente emocionado - ATLAS
Juicio al presunto pederasta de Ciudad Lineal.

«Me parece una barbaridad lo que le han hecho a estas niñas. Soy inocente señoría»

En su turno de última palabra, Antonio Ortiz, dice que no ha hablado hasta hoy porque «pensaba que no le iba a creer como ahora»

Madrid Actualizado: Guardar
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Ha hablado por primera vez. El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, ha roto su silencio y ha dado la sorpresa en la última sesión del juicio de la vista oral. «Soy inocente señoría. No tengo absolutamente nada que ver con los hechos. Siento mucho lo que les ha pasado a estas menores. Me parece una barbaridad, sobre todo lo que le hicieron a TP4, (la menor de origen chino), eso no tiene nombre. Lo siento mucho por sus familiares», ha concluido al término de su alegato que se ha prolongado por espacio de 17 minutos en los que se ha emocionado y se le ha quebrado la voz.

Tras negarse declarar hasta en cinco ocasiones, ha comenzado diciendo al tribunal que «no hablé al principio del juicio porque pensé que nadie me iba a creer, no es que vayan a hacerlo ahora, pero bueno...».

Ortiz ha explicado que cuando fue detenido y en la fase de instrucción optó por no hablar y que se le informó de los delitos, pero no de los hechos que ahora sí conoce.

El presunto pederasta, en su alocución, que se ha prolongado por espacio de 20 minutos, ha recalcado que, en cuanto a su aspecto físico se ha dicho de todo. «Me he leído el sumario y las niñas, como ha oído usted, señoría, han dicho todos los colores de pelo menos pelirrojo. En cuanto la altura, ha ocurrido igual: desde 1,60 a 1,80 metros y sobre la edad, han dicho que tengo desde 27 a los 40 años, así como que soy delgado o fuerte».

Ortiz, con voz clara y muy tranquilo, ha subrayado que no «me fui a Santander huyendo de la Justicia. Mí tío a finales de julio me dijo que le había salido una reforma y me propuso el trabajo. Es cierto que estaba agobiado, como ha dicho aquí la Policía de manera malintencionada, porque no tenía empleo, tengo dos hijos y vivía con mi madre».

«No hui, fui a buscar trabajo a Santander»

Por ello, se fue el 3 o el 5 de septiembre, aunque no sabía cuando iban a empezar las obras, porque no quería pagar aquí el gimnasio si me marchaba, eran vacaciones y ahí estaba su familia, sus tíos, primos y sus abuelos. «Todo mi entorno sabía donde estaba, me llevé mi móvil, me apunté a un gimnasio y utilicé mi tarjeta de débito». También respondió al hecho de que se llevara mucho equipaje.«Es cierto, me cuido mucho, bueno, me cuidaba, y me llevé ropa de trabajo, para salir y deportiva y muchas cosas de aseo».

Ortiz consideró irresponsable al policía que dijo el primer día del juicio que no había que fiarse de los testimonios de las menores por su edad y por estar en estado de shock. «Sin embargo, me ha acusado por su intuición, algo que tachó de irresponsable y arriesgado».

En cuanto a los vehículos, ha explicado que el Citroën Xsara Picasso era imposible que lo tuviera el 24 de agosto, fecha de la agresión de TP5, la última menor agredida, porque se lo había prestado un amigo para que llevara cosas al piso de su madre de Santa Virgilia el 13 y se lo devolvió el día 15. El procesado ha incidido en que lo recuerda con precisión porque le paró la Policía por una maniobra que hizo mal y descubrió que el coche tenía una orden de embargo".

Por su parte, su abogado defensor ha culpado a la Policía de crear la figura del pederasta de Ciudad Lineal al centrarlo en un solo autor, Antonio Ortiz, que ha sido condenado mediáticamente sin pruebas, a su juicio. Cristóbal López, su letrado, ha tratado de cuestionar los detalles más irrelevantes del caso sin entrar al fondo. Ha pedido la invalidación de las ruedas de reconocimiento, de la entrada y registro al piso de Santa Virgilia y ha culpado a la policía judicial de manipular los restos biológicos hallados y a la científica de no estar capacitada para identificar las muestras de ADN y al entonces ministro del Interior de difundir su imagen y ofrecer datos que eran secreto de sumario.

A Ortiz se le acusa de 4 delitos de agresión sexual, cuatro retenciones ilegales y lesiones por unos hechos cometidos entre septiembre de 2013 y agosto de 2014. La Fiscalía pide 77,8 años y las acusaciones elevan la pena hasta los 126 año.

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