La ilusión se desborda en Vallecas: «Mañana voy a trabajar con mi camiseta del Rayo»

Vecinos y comerciantes esperan el posible ascenso de su equipo, que si gana al Alcorcón volverá a Primera división

Óscar, de la cafetería Disan, posa con su bufanda del Rayo GUILLERMO NAVARRO
Ignacio S. Calleja

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Un niño con la camiseta franjirroja pasea de la mano de su madre por la avenida de la Albufera . La imagen, asumida en otras zonas de la capital cuando se habla de otros colores, refleja una realidad que se manifiesta especialmente estos días. En Vallecas, la gente es del Rayo y la ilusión y el orgullo por su equipo de fútbol están desbordados. Solo tres puntos les separan de volver a Primera división y en el barrio no se piensa en otra cosa: si hoy le ganan al Alcorcón volverán a colarse entre los grandes. «Va a ser la leche».

Las victorias del Rayo llevan meses alimentando esta esperanza, pero también han despertado una nostalgia feliz por un pasado y una historia que es lo que les hace singulares. En la cafetería Disan, un grupo de jubilados recuerda el primer partido que se jugó en el estadio de Vallecas mientras Óscar, el propietario, destaca que el equipo de su vida, el que recibe el nombre del lugar en el que se crió, está hecho de una pasta especial . «Somos diferentes» , dice gozoso con su bufanda al cuello. No le falta razón: no es muy común que una barriada tenga un equipo capaz de medirse a iguales con campeones de Europa.

En una ciudad en la que el Madrid y el Atlético acaparan los focos, Vallecas es una excepción, como una suerte de galia en el fútbol moderno . Aquí los niños sueñan con marcar goles en el desvencijado estadio de su barrio y la tiendas exponen las camisetas con la franja. Ni Ronaldo ni Griezmann han conquistado estas calles. Lo cierto es que es raro encontrarse con algún comercio que no haga un guiño al Rayo Vallecano. Las paredes lucen escudos, banderas, bufandas y hasta muñecas con sus colores. Tampoco faltan bares cuyos bocadillos reciben el nombre de jugadores. «Es lo mejor que nos puede pasar» , asegura Ana, la dependienta de este local, que augura que cambiarán los apelativos de los bocatas, aún con referencias a futbolistas de la última plantilla de Primera división, como los goleadores Bueno y Larrivey.

Cuando se habla del inminente ascenso, la primera reacción en Vallecas es de mesura y prudencia por lo que pueda pasar, pero a medida que avanza la conversación la ilusión gana terreno hasta desbordarse, como una botella recién descorchada. «El año que viene, Rayito Liverpool», dice entre risas Manolo tras el mostrador de su frutería, en el Mercado Numancia, con sus abonos en la mano. En este espacio hace semanas que la vez se pide después de comentar los goles de Raúl de Tomás , la estrella del equipo.

Manolo posa con sus abonos tras el mostrador de la frutería

Fiesta en la fuente

«Se nota en el ambiente que la gente está volcada , casi todos los días se habla de lo mismo», explica José Luis Franganillo, responsable de la pescadería que lleva su nombre en el mismo mercado. Su compañero José, a su lado, avanza que si finalmente ganan, será uno más en la Fuente de la Asamblea, donde el conjunto vallecano celebra sus éxitos deportivos.

Esta noche se aventura larga y, si nada se tuerce, empezará en Alcorcón, donde (18 horas) se disputa el esperado partido. La proximidad de este municipio ha hecho que una suma notable de aficionados haya pedido entradas para verlo en directo, aunque no hay tiques para todos. «Si no las conseguimos así, intentaremos a ver si a través de algún conocido podemos ir a Alcorcón; merece la pena», explican dos amigos que atienden a ABC tras pasar por las taquillas del estadio. Tienen claro que un ascenso bien justifica encarar el lunes de empalme. «Ojalá podamos disfrutarlo, es un orgullo enorme ver al equipo del barrio donde me he criado tan arriba», añade Nieves, de Recambios Montero, una pequeña tienda situada en una frecuentada zona de bares muy próxima al estadio de Vallecas.

Todos sueñan con ir a trabajar como al que le toca la lotería. «Que nadie tenga duda que, como subamos, despacho la frutería con mi camiseta del Rayo, ¿eh?», resalta Manolo, que advierte de que es posible que lleve algún lamparón como testigo de la celebración. Su alegría, añade, puede ser doble porque el primer filial del equipo también pelea por subir de categoría, aunque en su caso de Tercera a Segunda B. «Va a ser histórico», destaca.

El regreso a Primera, si finalmente se produce, llegará después de dos años de exilio en la categoría de plata. Solo los más optimistas –o eso dicen– soñaban a principio de temporada con que a estas alturas lo iban a tener tan cerca. Los aficionados coinciden en que el entrenador, Míchel, ha sido la clave del éxito. «El año pasado hasta creíamos que podíamos bajar y ahora mira , sin duda Míchel ha sido lo mejor que nos ha pasado», dice Óscar. Su opinión es compartida por Javier, otro hincha declarado: «Se nota que conocía la casa y que sabía lo que había que hacer; es uno de los nuestros »

Séptimo ascenso

Después de la derrota anteayer del Sporting de Gijón –tercer clasificado– ante el Tenerife, el Rayo necesita tres puntos para que le salgan los números. A falta de nueve puntos por jugar, (incluido el choque con el Alcorcón) aventaja a su perseguidor en cinco puntos. Salvo sorpresa mayúscula, lo lógico es que si no es esta semana, sea la siguiente, ya en Vallecas y ante su público, contra el Lugo. Este sería el séptimo ascenso a Primera de su historia. El último fue en 2011.

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