Las históricas cafeterías Nebraska echan el cierre tras más de medio siglo en Madrid

El Grupo Nebraska fue adquirido en diciembre por un grupo dedicado a la inversión y gestión inmobiliaria. El cierre deja en el paro a 92 empleados

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Después de medio siglo de historia en las calles de Madrid, las cafeterías Nebraska no volverán a abrir. Adiós a los desayunos, también a sus cañas, bocadillos, tortitas o hamburguesas. O peor aún. Adiós a las miles de conversaciones que estos locales han albergado. Desde el pasado miércoles, los cinco establecimientos operativos en la capital permanecen cerrados.

El pasado 21 de diciembre, el fondo Corpfin Capital Real Estate, dedicado a la inversión y gestión inmobiliaria, adquirió las cafeterías del Grupo Nebraska de Gran Vía y Bravo Murillo por 4,6 millones de euros. Previamente, ya había hecho lo propio con las de Alcalá y Goya por 9,9 millones. La quinta cafetería (Bravo Murillo, 291) estaba arrendada y por tanto no fue comprada.

Así, tras estas operaciones, la sociedad Nebraska Blanco Hermanos cambió de manos... y de rumbo. Tras decidir que el negocio no es «viable», los nuevos dueños han puesto fin al negocio hostelero, dejando a sus 92 empleados en el paro. Una decisión que les fue comunicada apenas un día antes de echar el candado.

Al poco de conocerse la decisión, las redes sociales empezaron a hacerse eco de la noticia. La mayoría, nostálgicos ante un hecho que acaba con un símbolo añejo que allá, por los años 50, desembarcó en Madrid cargado de color y modernidad.

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