La víctima, a la izquierda; a la derecha, el presunto homicida
La víctima, a la izquierda; a la derecha, el presunto homicida - ABC
Tribunales

El fiscal pide 20 años para un inmigrante que mató a un policía al arrojarle a las vías del tren

Le imputa asesinato con alevosía y atentado con medio peligroso, ya que «agarró y empujó al agente al paso del convoy»

El funcionario pretendía identificarle y él trató de impedirlo porque no tenía papeles. En un año fue detenido nueve veces

Madrid Actualizado: Guardar
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La Fiscalía Provincial de Madrid pide 20 años de prisión para un hombre de nacionalidad costamarfileña que provocó la muerte de un policía nacional al arrojarle a las vías del tren cuando iba a ser identificado en la estación de Metro de Embajadores, instantes antes de que pasara un el convoy. Se da la circunstanca on la circunstancia añadida de que el acusado se encontraba en España de forma ilegal.

El representante del Ministerio Público, que le imputa un delito de asesinato con alevosía, solicita además que una vez haya cumplido la condena el presunto asesino sea expulsado del territorio nacional con la prohibición de entrar durante diez años.

El acusado, Ali Raba Yode contaba con antecedentes penales.

De hecho, ya había sido condenado un año antes a seis meses de cárcel por un delito de resistencia a la autoridad y lesiones, e incluso se había acordado su expulsión de España por cinco años. Contaba con numerosos antecedentes policiales. Solo en 2013 la Policía le detuvo en nueve ocasiones.

Según el relato del fiscal, sobre las 11.30 horas del pasado 2 de enero de 2105 Ali Raba Yode se hallaba en la estación de Embajadores cerca del lugar donde dos agentes uniformados de Policía realizaban labores de vigilancia y protección. «Sin motivo alguno –señala el escrito de acusación- el acusado comenzó a increpar a los agentes los cuales se dirigieron al acusado interesándose por su estado».

Insultos y amenazas

Pese a ello Ali Raba Yode mantuvo una conducta «agresiva» y «amenazante», motivo por el cual los agentes le requirieron su documentación «intentando reiteradamente que depusiera su actitud». El acusado hizo caso omiso y se dirigió a los andenes de la estación profiriendo «insultos» y «amenazas». Una vez allí, los agentes le conminaron de nuevo a que depusiera su actitud y trataron de convencerle de que se apartara del borde del arcén y de que les acompañara a un lugar más seguro.

Sin embargo, en el mismo instante en que un convoy hacía su entrada en la estación y, «de modo inesperado y sorprendente» y con el ánimo de acabar con la vida del agente del orden, le agarró y le empujó a la vía cuando pasaba el tren, si bien el acusado perdió también el equilibrio «precipitándose junto con el policía, siendo ambos arrollados por el convoy».

El agente falleció de forma instantánea a consecuencia del impacto del tren en su cabeza que le provocó evisceración casi completa de la masa encefálica, «junto con otros traumatismos en el tórax y extremidades de distinta gravedad».

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