Comercios centenarios de Madrid

La farmacia que trajo los adelantos técnicos del extranjero y sigue preparando fórmulas magistrales

La farmacia Cea, en Preciados 14, ganó su fama gracias a la ampolla de suero HAYEM con válvula flotante auto inyectable, creada por su fundador, Julio Luis Delgado Cea

La farmacia Cea sigue preparando las fórmulas magistrales BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

En la transitada y céntrica calle Preciados se encuentra una de las boticas centenarias de la capital, la farmacia Cea . Famosa durante décadas por los preparados que allí se elaboraban, a día de hoy es una de las pocas en las que se siguen haciendo fórmulas magistrales . Y en lo que al espacio se refiere, destaca una pintura del techo, un lienzo que según se cree es anterior a la fundación de la farmacia, en 1879, por el farmacéutico Julio Luis Delgado Cea . Hijo de ebanista afincado en Valladolid, nació en Madrid porque aquí ejercía como médico un tío suyo pero pasó su infancia en la ciudad del Pisuerga. Comenzó estudiando Ciencias y Arquitectura y acabó por seguir su vocación, Farmacia. Una vez licenciado en Madrid se fue a Valladolid y allí abrió una botica en 1877 junto a su hermano Leopoldo. Sin embargo, el negocio no duró mucho tiempo y al poco tiempo se cerró, trasladándose a la capital.

Pintura alegórica a Marte, situada en el techo de la farmacia BELÉN RODRIGO

Inicialmente Juan Luis Delgado de Cea se instaló en el número 28 de la calle Preciados, después en el 26 aunque en 1910, por el derribo de los dos inmuebles que ocupó, pasó al número 14 donde actualmente se mantiene. Gracias a la formación francesa que recibió el farmacéutico Cea, logró estar muy al tanto de los adelantos técnicos del extranjero . Realizó preparaciones como aguamarina, agua de azahar triple o aceite de hígado de bacalao balsámico y se especializó en la esterilización de material de cura . Creó, entre otras cosas, la bolsa de curación militar individual que se utilizó en la guerra de Cuba o los botiquines para partos. Pero su mayor logro profesional fue la ampolla de suero HAYEM con válvula flotante auto inyectable . Es así como se ganó su buena fama y por aquellos años se organizaban tertulias entre los médicos de la Casa de Socorro o los curas de El Carmen.

Sus hijos Julio Y José fueron farmacéuticos de la beneficencia municipal. Siguió en la farmacia su hijo José y posteriormente su sobrino Pablo Merodio Cea . Al fallecer, su viuda vendió el negocio en 1999 a otra familia de farmacéuticos, los Plaza . «Mi padre tenía una farmacia en la calle Montera y conocía a la familia Cea. Al saber que estaba en venta la adquirimos», explica a ABC Jorge Plaza, actual titular de la farmacia Cea. Cuando la cogieron el edificio se encontraba en mal estado porque probablemente no se habían hecho obras desde que se abrió. «Estaba muy deteriorado el local y encontramos cosas impensables en el año 99, como una baño que era un agujero en el suelo», recuerda el farmacéutico. Al poco tiempo de llegar tomaron la decisión de reformar el local.

En la farmacia trabajan ahora doce personas BELÉN RODRIGO

Fue necesario dar un buen lavado de cara, un proyecto que tuvo la autorización municipal por ser un local protegido por Patrimonio. Para empezar, tuvieron que restaurar el lienzo del techo (no es un fresco), «que estaba todo negro». Según explica Jorge Plaza, se cree que dicha pintura pertenecía a la armería que existía antes que la botica, y de ahí que el dibujo sea una alegoría a Marte, dios de la guerra. Fue una buena obra, incluido el suelo, y llegaron a cerrar unos días. En la puerta se puede ver un dragón como agarradero al que se le quitaron las alas porque se enganchaban mucho las prendas de los clientes. Era dorado y optaron por ponerlo plateado. También se han recuperado las columnas, el mostrador y algunos estantes de madera. En el suelo los azulejos forman las letras Cea. Y en las estanterías aún se conservan algunos botámenes antiguos.

Fórmulas magistrales

En la farmacia Cea mantienen la costumbre de seguir preparando las fórmulas magistrales porque «es algo que da prestigio». Cada día preparan al menos 3 o 4 fórmulas, sobre todo cápsulas, soluciones y cremas. Para ello se ha creado un pequeño laboratorio siguiendo las normas sanitarias. Jorge Plaza comenzó trabajando a los 20 años con su padre, en la farmacia de Montera que mantuvieron hasta hace tres años, cuando falleció su progenitor. «Gracias a nuestra experiencia fuimos organizando esta farmacia, al principio pedíamos las cosas para las dos», reconoce el dueño. Una forma de gestionar mejor el funcionamiento de los locales y su stock.

El barrio ha cambiado aunque sigue habiendo mucha gente de paso «y cada vez más turistas» . Al no haber muchos residentes ni ambulatorios en las proximidades venden menos medicamentos de lo habitual. Tienen más salida los productos de parafarmacia y también de ortopedia (tenían sobre todo en la farmacia de Montera). «Somos una farmacia pequeña que tiene la fama de tener de todo» , indica Jorge Plaza. Abierta de lunes a domingo de 9:30 a 21:30, en total trabajan 12 personas para poder cubrir los dos turnos. Cuentan igualmente con servicios de dietética y análisis capilar, entre otros, y destaca su amplia selección de cosmética y la tienda online.

La farmacia fue remodelada a comienzos del siglo XXI BELÉN RODRIGO
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