Dos policías locales abandonan el inmueble, en presencia de la Policía Nacional
Dos policías locales abandonan el inmueble, en presencia de la Policía Nacional - ABC

El exmarido o un cliente, posibles asesinos de la prostituta de Alcobendas

Investigan si un cliente o el exmarido son los autores del crimen de una prostituta de 46 años en Alcobendas

Madrid Actualizado: Guardar
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La de ayer fue una jornada negra en Madrid para la violencia contra la mujer. Una mujer fue hallada degollada en su vivienda de Alcobendas y otra, al cierre de esta edición, se debatía entre la vida y la muerte en el hospital tras saltar al vacío desde el balcón y recibir cuatro cuchilladas, presuntamente, a manos de su pareja, en Usera. Estas dos agresiones se producían apenas un día después del asesinato de una hondureña en Vicálvaro, también con un corte en el cuello. Su verdugo hizo explosionar luego el inmueble donde la tenía sometida, aunque él salvó la vida por unas horas. Ayer se conoció que había fallecido en la Unidad de Quemados de La Paz, donde se encontraba ingresado bajo custodia policial, en calidad de detenido.

A las once de la mañana de ayer, la sala del 091 recibía el requerimiento de los vecinos del número 4 de la avenida de España, en Alcobendas. Muy nerviosos, alertaban de que la puerta del segundo derecha estaba entreabierta y que no respondía la persona que residía allí.

Hasta el lugar, un bloque de apenas dos alturas y cuatro viviendas, en el que todos se conocen, acudieron patrullas de la comisaría de Alcobendas-San Sebastián de los Reyes. La Policía Nacional, paralelamente, dio parte al 112, que comisionó a los médicos del Summa, informó Emergencias Comunidad de Madrid. Los agentes hallaron el cadáver de Mari Paz Fernández García, española nacida en 1971, en el suelo del dormitorio. Estaba semidesnuda y presentaba un profundo corte en el cuello. Los médicos del servicio regional no pudieron más que certificar el óbito.

La habitación estaba ensangrentada y la casa muy revuelta. Sin embargo, fuentes de la investigación precisaron a este periódico que no parece que el móvil del crimen fuera el robo. Sino que el desorden se debía a la pelea y forcejeo entre los dos protagonistas del suceso. Mari Paz llevaba años dedicada a la prostitución y las hipótesis iniciales se mueven entre que pudo ser víctima de un cliente (no sería la primera vez que alguno se enfrentaba violentamente con ella) o de su exmarido. El Grupo VI de Homicidios se encontraba anoche buscando a este hombre, que estaba en paradero desconocido. La finada tenía un hijo de 11 años con una expareja, y una hija, mayor, con otra. Fuera quien fuera el asesino, Mari Paz le franqueó la entrada, pero, tras el crimen, el homicida dejó la puerta del piso abierta.

Sobre la hora del ataque mortal, a falta de la autopsia, los investigadores tienen el testimonio de una vecina, que relató que a las 3 de la madrugada escuchó ruidos en el interior de la vivienda. Una tónica bastante habitual. De hecho, a Mari Paz la denunciaron sus vecinos en, al menos dos ocasiones, una de ellas por amenazar a un menor del bloque.

Dos órdenes de alejamiento

La víctima y su exmarido se habían cruzado también demandas por agresiones. En el registro policial obran órdenes de alejamiento del hombre de los años 2007 y 2015, que llevaban dos años inactivas, precisaron nuestros informantes: «En el caso de que se trate del exmarido, sí hablaríamos de violencia de género; si ha sido un cliente, la ley no lo estipula así», indicó un experto en estos asuntos.

La convivencia con su excompañera de piso, que se personó muy compungida tras conocer lo ocurrido, tampoco fue precisamente buena. Relató que Mari Paz no pagó el alquiler durante el año en que compartieron techo, bebía mucho y hasta tomaba en prenda objetos de valor de sus clientes para evitar que se fueran sin pagarle el servicio. Se hartó de ella el día que la amenazó con un cuchillo: «Me había agredido varias veces, pero eso fue el detonante», apuntaba. «Llamé a la Policía y se la llevaron detenida, pero al día siguiente regresó y me entró mucho miedo, sobre todo por mi niña. Traía a sus clientes a casa y nos decía que cerráramos la puerta», proseguía. Mientras Mari Paz cuidaba de su hijo los fines de semana, el resto de la semana lo pasaba trabajando y cuidando de su yorkshire, al que ayer trasladaron a la perrera municipal. Padecía, además, una grave enfermedad.

Una mujer muy grave, en Usera

El segundo caso de violencia machista de ayer ocurrió a las 16.20 de la tarde. A esa hora, los vecinos del número 185 de la calle de Antonio López se percataron de que una de sus vecinas, de apenas 24 años, yacía en la acera. Había caído desde su primer piso (aunque con altura de un segundo) y presentaba cuatro cuchilladas. Las riendas del caso las tomó en un principio la comisaría de Usera-Villaverde, pero, ante los indicios de un nuevo ataque de género, pasó a la Unidad de Familia y Mujer (Ufam), de la Brigada de Policía Judicial.

Se investiga a la expareja de la víctima y si ella se precipitó al huir de él o el hombre la lanzó al vacío. Aún tenía el cuchillo clavado en el pecho cuando fue atendida por el Samur. Presentaba navajazos de menor entidad en brazos y hombro. La herida en el hemitórax izquierdo, que le afectó el pulmón, era la más grave y le hizo perder mucha sangre, informa Emergencias Madrid. Fue operada de urgencia en el Doce de Octubre.

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