Barbero el martes, en el momento de subir al coche oficial
Barbero el martes, en el momento de subir al coche oficial - EFE

Enorme malestar en la Policía Municipal por la «caza de brujas» del edil de Carmena

La concejalía de Seguridad vive una grave crisis tras el escrache realizado a sus mandos por los agentes

MADRID Actualizado: Guardar
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Las palabras del concejal de Seguridad de Madrid, Javier Barbero, contra sus policías municipales ya están denunciadas ante los tribunales. El sindicato principal del Cuerpo, CPPM, presentó ayer una demanda por injurias en Plaza de Castilla contra el edil: calificó de «fascista» la actitud de los 200 agentes que se manifestaron contra él el martes pasado, en una protesta que contaba con todas las garantías legales y que acabó sin violencia física.

Un escrache como los que acostumbraba a protagonizar Barbero en su aún reciente etapa de okupa, donde no faltaron algaradas (estas sí, sin amparo legal) en el marco de las movilizaciones más radicales del 15-M. Algo que él mismo ha reconocido ante este periódico y de lo que hacía gala en su currículum cuando pasó a integrar las listas de Ahora Madrid.

El concejal, que forma parte del cada vez menos numeroso reducido personal de confianza de la alcaldesa, Manuela Carmena, no ha sido correspondido, sin embargo, con el mismo apoyo por parte del equipo de Gobierno del que forma parte. Ayer, el edil de Coordinación Territorial y segundo teniente de alcalde, Nacho Murgui, curtido también en escraches, «okupaciones» y demás manifestaciones ilegales, criticó los «insultos» de los agentes que se movilizaron («perroflauta» y «rojo de mierda»); las palabras del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz(«A veces, es bueno probar de tu propia medicina»)...

Pero hizo una tibia defensa de la actitud tomada por Barbero, que anunció el mismo martes que abriría una investigación al considerarse víctima de unos supuestos «delitos de odio» y de «actitudes que recordaban al fascismo». Es más, Murgui, pese a que su compañero dio una rueda de prensa al respecto y sus palabras han sido reproducidas en radio, prensa y televisión, dijo que no había escuchado ninguna referencia al fascismo.

Desde CPPM afirman que denunciarán siempre «toda actitud que atente contra los derechos de los policías municipales, al margen de la ideología o color político de la que provengan». «Así hicimos –añaden– con el que fue portavoz del Gobierno de otro signo político cuando difamó nuestra labor [en referencia a Miguel Ángel Rodríguez]. Nuestra única ideología es nuestra profesión».

Esta apostilla no es baladí. Desde CC.OO., sindicato que no tiene representación en la mesa del Ayuntamiento y al que precisamente está afiliado el director general de la Policía Municipal y mano derecha de Barbero, Andrés Serrano, es uno de los dos únicos que ha afeado la actitud de sus compañeros. A las críticas al escrache también se ha sumado otro sindicato de izquierdas, UPM, el segundo con mayor implantación en el Cuerpo madrileño.

Entre otras centrales de defensa de los trabajadores llama la atención que precisamente CC.OO. se moleste porque unos empleados municipales se echen a la calle para quejarse de sus condiciones laborales. CPPM fue el convocante de la protesta del martes, pero fue secundada por CSIT, CSIF y la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU), que abarcan todos los espectros ideológicos. Coinciden en que lo que Barbero y su inseparable Serrano están haciendo es una «caza de brujas».

Informe de los escoltas

Por lo pronto, y como avanzó ayer ABC, ya se han solicitado informes a las distintas unidades que estuvieron presentes y prestando servicio durante la protesta. Una de ellas es la de Protección: se trata de los siete escoltas que llevaban los dos abucheados y que no tuvieron que actuar al no producirse violencia física alguna, más allá de los pitidos e insultos tan comunes en las manifestaciones. Según algunas fuentes, indicaron que no observaron «ninguna anormalidad ni se cortó el tráfico de la Calle Mayor», epicentro del escrache.

Otras unidades allí presentes fueron las del distrito de Centro y precisamente las UCS, los «antidisturbios» que el Gobierno de Carmena está ya desmantelando, algo que capitalizó el origen de la protesta.

«Imaginamos que los compañeros empezarán a ‘desfilar’ por Asuntos Internos la próxima semana», indicaron algunas fuentes policiales, que dan por hecho que la investigación de Barbero y Serrano seguirá adelante. Yque el asunto acabará en Gestión Disciplinaria, con sanciones. 

No es esta la única denuncia en los juzgados contra el concejal de Seguridad y el director general de la Policía. El sindicato CSIF, como adelantó también ABC, interpuso otra por prevaricación y contra los derechos de los trabajadores en la que también incluían a Carmena. La razón: el desmantelamiento de los «antidisturbios». El primero de los dos grupos que los conformaban ya ha desaparecido, y el segundo lo hará en dos meses, cuando se cree un sucedáneo.

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