Protesta a Gallardón el 11 de junio de 2011 en la calle del Sacramento
Protesta a Gallardón el 11 de junio de 2011 en la calle del Sacramento - ABC

El concejal de Seguridad que hacía escraches

Javier Barbero se curtió en el edificio «okupa» del Patio Maravillas y en protestas del 15-M, con cargas policiales

Madrid Actualizado: Guardar
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El concejal Javier Barbero llegó a la política el 13 de junio pasado sin experiencia alguna en asuntos de seguridad. Eso sí, era todo un experto en estar al otro lado de la trinchera, allí donde se vociferaba contra la Policía. También contra los mismos agentes que ahora pretende dirigir y que cada día se revuelven más contra su manera de gestionar un Cuerpo formado por 6.300 hombres y mujeres.

Barbero es médico de profesión y «okupa» de formación. Él mismo recalbaba este pasado cercano en su currículum facilitado a la prensa cuando llegó a Cibeles. Forma parte de esa importante cuota de concejales de Manuela Carmena amamantados en el Patio Maravillas. El pasado 5 de diciembre, llegó a la redacción de ABC una foto en la que, según fuentes policiales, se aprecia a Barbero participando en un escrache contra Alberto Ruiz-Gallardón, en la calle del Sacramento, cuando renovó su cargo de alcalde el 11 de junio de 2011. Era en la trasera de la plaza de la Villa, a un tiro de piedra de donde ayer fue él víctima de una protesta.

Ironías del destino. Con una agresividad entre los alborotadores que queda constatada en los vídeos que existen al respecto.

Días después de recibir el material fotográfico, este periódico se puso en contacto con la Concejalía que dirige Barbero. Era el 10 de diciembre y la pregunta muy concreta: ¿Participó el edil en ese escrache contra Gallardón en el lugar y fecha indicados? También se le informó de la existencia de la mencionada foto.

La respuesta del concejal no fue una negativa. Tampoco lo contrario. Pero sí alegó: «He participado activamente en numerosas protestas ciudadanas en el marco del movimiento 15-M». Es decir, sí tomó parte en manifestaciones y dejaba abierta la puerta a que también en aquella de la calle del Sacramento. Se le dio la oportunidad de negarlo tajantemente, pero no lo hizo.

En medios policiales no sorprendió, aunque causó bastante indignación (empezado por el inspector jefe, ya cesado, Francisco Caletrio), el anuncio de que eliminaría las Unidades Centrales de Seguridad (UCS) o «antidisturbios» del Cuerpo local. Las mismas frente a las que se había manifestado durante, al menos, los cinco años antes. Empezó prohibiéndoles ir a desahucios; luego, a manifestaciones como la de ayer (aunque sí que las requirió la semana anterior, al conocer que la convocatoria era contra él); y finalmente ha optado por lo que ya se presumía: eliminarlas.

Lo que llama la atención es la reacción airada del edil. Más, si se tiene en cuenta que Manuela Carmena dijo el 13 de abril sobre los escraches, dos meses antes de ser alcaldesa: «Todo lo que sea manifestar la protesta contra las actitudes de personas que tienen responsabilidad pública es una ejercicio muy importante de nuestra libertad de expresión, y hay que asumirlo».

«La crítica es un regalo»

«Tenemos que tener costumbre las personas que hemos sido o vamos a ser autoridades que, cuando te critican, escuece; pero hay que entender que esa crítica es un regalo de la ciudadanía, que te dice qué has hecho mal y te pide reflexión», añadió.

Solo entre febrero y abril de 2013, hubo 112 escraches, de los que 108 fueron contra el Partido Popular, según los datos del Ministerio del Interior.

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