Así es el clan de Los Visita, la familia del joven que asestó una puñalada mortal a un vecino

El extenso grupo, que vive desde hace 20 años en el Pozo del Tío Raimundo, se dedica a la venta ambulante de fruta y verdura

Pintadas realizadas en la fachada de la casa de Los Visita Guillermo Navarro

S. L.

La calma tensa que sobrevolaba el Pozo del Tío Raimundo terminó el domingo, 17 de marzo, cuando Jesús Campos , más conocido en la barriada como «El Chule», asestó una puñalada mortal en el cuello a Francisco D. C. El barrio se convirtió entonces en un polvorín. Los vecinos llevaban 20 años callados, sometidos a la ley de Los Visita , los amos del barrio. La familia de «El Chule» imponía el miedo en el barrio de Vallecas desde hace dos décadas, cuando se mudaron desde el antiguo poblado chabolista de Pies Negros.

Los que marcaban «la ley» son ahora repudiados. Los vecinos exigen que abandonen el lugar. Las fachadas de sus viviendas, situadas en el número 18 y 14 de la calle de Esteban Carros , solapan pintadas de «asesinos» y demás insultos. Nunca nadie, por miedo, se había atrevido a plantarles cara. Ni siquiera podían mirarles desde lejos. Las represalias estaban aseguradas. Los Visita tomaron el nombre de Visitación , la matriarca fallecida hace dos años. El extenso clan está formado por medio centenar de personas: 13 hermanos, descendientes directos de Visitación, y sus parejas, hijos y nietos.

La calle era suya. Así lo consideraban ellos. En la plaza situada en medio de los inmuebles realizaban fogatas y la dejaban llena de desperdicios. También impedían a los otros moradores aparcar en la calle, según sus propios testimonios. Allí colocaban sus mesas para poder hacer t imbas de cartas . «Nos han hecho la vida imposible », aseguraron a este diario los vecinos que durante tantos años han estado callados y atemorizados.

El clan se dedica a la venta ambulante de fruta y verdura. Cuentan con varios empleados que reparten y venden el género en los mercadillos de la capital. El Rastro de Vallecas era su punto clave. La tensión social llevó al patriarca de Entrevías, Rafael Lozano , a pedir que los gitanos no acudiesen el pasado domingo a trabajar para evitar nuevas tensiones. «No vamos a dejar vender a ningún gitano», dijeron entonces muchos residentes. Aludieron al escaso apoyo de otros clanes a las víctimas y a que no condenaron el asesinato.

«El Chule» acompañado de su padre, «El Yaki», también huido hasta hoy

Pero en la zona muchos vecinos han afirmado que esa no es la principal fuente de ingresos de la familia. Algunos de los relacionados con «El Chule» han sido durante estos días acusados de dedicarse al menudeo de droga . Este extremo ha sido desmentido tajantamente por el patriarca, que incluso se atrevió a decir que el responsable del crimen «se entregaría pronto».

Diez días después del asesinato por fin parece que la pesadilla termina para la familia del finado: el responsable se ha entregado hoy en la comisaría de Policía Nacional de Hortaleza como autor del crimen. Sobre él pesaba una orden de busca y captura. «El Chule» mató de una puñalada a Paco cuando celebraba un cumpleaños familiar en el inmueble vecino. Ocurrió cuando los dos hijos varones de la víctima, un primo y un cuñado bajaron a pasear a sus cuatro cachorros. Una mujer del clan les recriminó la suciedad que generaban los animales y ahí se desencadenó la pelea: por « la caca» de unos perros . Paco bajó para defender a su hijo, también agredido. Consiguió interponerse, pero no pudo evitar la muerte.

«El Chule» decidió huir con su padre, «El Yaki» . La cara que plantaban a los vecinos durante años imponiendo su miedo en el barrio fueron incapaces de plantársela al asesinato para asumir, desde el primer momento, su responsabilidad.

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