En Casa Yustas tienen más de 12.000 referencias de sombreros, gorros y boinas
En Casa Yustas tienen más de 12.000 referencias de sombreros, gorros y boinas - BELÉN RODRIGO

Los cien años de una sombrerería para todos: Cuéntame, la gorra de Felipe VI y «clicks» militares

Casa Yustas sigue elaborando sombreros, gorras y boinas artesanales a la vez que apuesta por modelos únicos y modernos

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Famosos son los sombreros y las gorras artesanales de esta casa. La gorra de gala del rey Felipe VI, por ejemplo, o muchos sombreros de la Guardia Real, se han confeccionado en los talleres de Casa Yustas, el centenario local ubicado en la Plaza Mayor de Madrid. Esta sombrerería trabaja todo tipo de modelos, incluso algunos únicos y con diseños muy innovadores. Boinas, gorras, sombreros y están igualmente especializados en efectos militares y civiles. Sus artículos se pueden ver en series televisivas como Cuéntame y Amar en Tiempos Revueltos y por la tienda se ha visto a Marta Sánchez, Paz Vega o Luis del Olmo, entre otros. En los últimos años se ha ampliado la línea de negocio con algunas marcas de joyas, bolsos y artículos de porcelana.

Leopoldo Yustas Ayuso fundó esta casa en 1886, fusionando varias tiendas pequeñas, y se dedicó durante décadas a la venta de sombreros, gorras, trajes regionales y efectos militares. Llegaron a tener tres fábricas (en el piso superior de la tienda, en Fuencarral y en el Puente de Vallecas) para dar respuesta a todos los pedidos. «Eran otros tiempos, el sombrero era una prenda que se usaba mucho», afirma Mario Corazón Asín. El padre de Mario, Francisco Corazón, fue durante muchos años vecino de la familia Yustas. Su local, la tienda El Gato Negro, estaba pegado al de la sombrerería. Francisco era responsable del negocio abierto por su tía abuela en 1919, que pasó a su padre antes de heredarlo él. En 1993 murió José Yustas. «Sus herederos no quisieron seguir en el negocio y mi padre, a quien le unía una buena amistad con la familia Yustas, decidió comprarlo». De esta forma Casa Yustas cambió de familia, aunque los Corazón mantuvieron a todo el personal que allí se encontraba, «uno de ellos, ya jubilado, trabajaba en la tienda desde los 14 años. El personal de esta casa tenía mucho conocimiento del negocio», resalta Mario.

Cuando tomaron las riendas de Casa Yustas en la sombrerería se trabajaba únicamente modelos masculinos y había poca variedad, los básicos. La familia Yustas se había presentado en concursos oficiales y trabajaron con muchas administraciones y entidades para realizar gorros y gorras oficiales, de ahí la necesidad de tener tres talleres. «Mi padre realizó una buena inversión, vio una importante oportunidad de negocio que está funcionando, tal y como se ha podido comprobar con el paso del tiempo», matiza Mario. Aunque él mismo reconoce que ha sido vital apostar por la innovación y los cambios porque de lo contrario, «en poco tiempo hubiésemos cerrado». Siempre han sido conscientes de la importancia histórica de esta tienda y de ahí el interés de conservar el buen nombre de la casa.

Sombreros a la moda

Uno de los primeros cambios fue abrir la línea de mujer y poco a poco también la de niño. «Entré en el mundo del sombrero por casualidad y es un mundo impresionante por las modas, tendencias, materiales…es una prenda más que se comporta como las otras», advierte Mario Corazón. Mantienen un pequeño taller en el piso de arriba donde se trabaja de forma artesanal y por encargo. Y tienen sus propios diseños que llevan a las fábricas con las que trabajan. «Si algún cliente lo necesita, ajustamos el modelo a su cabeza, es una ventaja tener aquí mismo el taller». Desde Casa Yustas siguen muy de cerca las tendencias de la moda y viajan a ferias en varios países tanto de ropa como de sombreros. «Está muy relacionado porque según sea la ropa que se va a llevar cada temporada podemos prever los sombreros que se venden más».

Tienen más de 12.000 referencias de sombreros. Hay modelos clásicos que se encuentran a la venta todo el año y según sea verano o invierno adaptan el resto de artículo. «Ahora en verano tenemos muchos sombreros panamá, por ejemplo, y se lleva más los tejidos de paja, seda, algodón y rafia», explican en la tienda. Los tejidos han evolucionado mucho. «La calidad de las boinas, por ejemplo, ha mejorado. Llevan un baño de teflón para aguantar las manchas y la lluvia».

Dado el aumento del turismo internacional en la capital en Casa Yustas reciben muchas visitas de extranjeros. «Los mexicanos alucinan con tanto sombrero, hay gente que se gasta más de 1.000 euros en distintos modelos». Entre las anécdotas que han vivido en esta casa Mario Corazón nos habla de un pedido de una clienta, «que quería una pamela flexible para el agua, y se consiguió». Y la más mediática fue el conocido sombrero talismán del señor Del Nido. El ex presidente de Sevilla, compró en 2010 el sombrero e Casa Yustas diciendo que le traería suerte y así fue, su equipo llegó a la final de la Copa del Rey. «Fue una muy buena publicidad, no tanto por vender ese sombrero sino porque mucha gente supo de nosotros gracias a Del Nido».

«Clicks» militares

Los efectos militares apenas se vendieron durante tiempo. «En los años de mucha actividad de ETA los militantes no sacaban sus galardones», resalta Mario Corazón. «Muchos dejaron de ir uniformados por tema de seguridad y las ventas bajaron mucho», añade. Pero poco a poco se ha ido retomando. «Los altos cargos, sobre todo, quieren tener la gorra de gala hecha a medida». Artículo que cuesta entre 100 y 150 euros, «porque llevan la visera bordada en oro». Hay gorras en miniatura, que muchos militares coleccionan aunque «en una ocasión nos pidieron una para el perro». Y lo que está siendo todo un éxito, clicks personalizados, con el traje de militar, policía, bombero, etc…«A la gente le encanta, y muchos regalan a sus hijos un click que presente su profesión».

También realizan los galones y condecoraciones militares y civiles. Mario revela un pequeño detalle. «Antiguamente el Gobierno entregaba la condecoracón y ahora envía la carta a la persona galardonada para que sea ella quien la compre. Efectos de la crisis».

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Se encuentran buenos gorros por 20 o 30 euros mientras que los de Panamá llegan a los 1000 euros. Tardan 3 meses en hacerlos «y si se fabricasen en España costaría mucho más.

La ampliación de la línea de negocio supuso la apertura a marcas como Majorica, Tous y Lladró. «Según las crisis hemos ido apostando por una línea o por otra y está funcionando muy bien», afirma el responsable. A toda esta zona de regalos se le ha dado el nombre de La Esquina de los Austrias.

Y entre las sorpresas de esta tienda está el sótano, antiguas cuevas de las que se dice que estaban conectadas «y durante la guerra mi familia se escondía allí». Ahora se ha recuperado y han creado un espacio de venta privada para los turistas. «Por nuestra historia es normal que entren grupos enormes de extranjeros y no queremos que interrumpa el ritmo de otros clientes». Con el tiempo han ido recuperando dicho espacio en donde lo moderno se integra perfectamente en un espacio único de la capital.

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