Carmena vuelve a improvisar y siembra el caos en las terrazas de la Plaza Mayor

El Ayuntamiento retiró la mitad de los veladores del enclave y, una hora después, ordenó reponerlos. «Estas no son formas», se quejan los hosteleros

Madrid Actualizado: Guardar
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El primer día sin terrazas en la Plaza Mayor, por las fiestas de San Isidro, estuvo marcado por la improvisación, el desconcierto y la descoordinación. Aunque la Junta del Distrito de Centro ordenó por escrito a los restaurantes del enclave la obligatoriedad de levantar los veladores desde las 20 horas hasta el final de los conciertos, ayer solo lo hicieron algunos, con las consiguientes quejas del resto y la inmediata instrucción de volver a montarlos, presumiblemente porque el aforo no suponía ningún peligro.

Como adelantó ABC, la idea del Ayuntamiento era limitar las terrazas como medida de seguridad ante los espectáculos programados. El concejal presidente del distrito, Jorge García Castaño, conminó el pasado miércoles a todos los locales de hostelería de la plaza a que durante los días en los que hubiera conciertos (viernes, sábado, domingo y lunes) debían levantar sus terrazas.

Taxativamente, en la circular se señalaba que sería la Policía Municipal la que daría la orden llegado el momento.

La controvertida medida, inédita hasta la fecha, provocó las quejas de los hosteleros, temerosos porque la limitación afecta a su principal fuente de beneficios. «La terraza es el 80% del negocio, si las quitan nos van a hacer polvo», declararon a este periódico desde el restaurante Magerit. Casi 48 horas después, la consideración era idéntica entre los establecimientos.

Como marcaba la circular, en torno a las 19.30 horas, los locales situados en el margen izquierdo del escenario, ubicados junto a los accesos de la calle de Felipe II y de los Botoneros, indicaban a los clientes que podían sentarse, pero con la condición de que en media hora debían levantarse porque tenían la orden de desinstalar la terraza. Estos, sorprendidos, no tenían otra opción que darse la vuelta.

Lo sorprendente, sin embargo, era que en la otra mitad de la plaza las terrazas seguían funcionando a pleno rendimiento, sin visos de detener el ritmo. Estos restaurantes apuntaron a este diario que no habían recibido ninguna indicación y que, por tanto, no iban a retirar ninguna mesa. «He preguntado a la Policía y me han dicho que de momento no tengo que retirar nada, así que voy a seguir trabajando», explicó Mariano Blanco, encargado de Don Calamar. La misma postura mantuvo su colega del bar Tineo: «No sabemos muy bien qué hay; mientras no me digan lo contrario, yo voy a seguir recibiendo clientes». «Estas no son formas», añadía, indignado, este pequeño empresario.

Agravio comparativo

Las diferencias entre una y otra zona de la emblemática plaza despertó no solo el desconcierto de los hosteleros, sin saber muy bien si tenían que recoger o no, también su enfado por el agravio comparativo. Según el presidente de la Asociación de Hosteleros de la Plaza Mayor y propietario de la cervecería homónima, José Antonio Aparicio, el desorden se debió a «la descoordinación de la Policía Municipal», como le transmitieron los agentes cuando preguntó. «Al ver que los compañeros no recogían, he ido a ver qué pasaba y me han dicho que a ellos no les habían dado la misma orden; he preguntado a la Policía y me han dicho que ha sido por una falta de coordinación, que disculpas y que podía volver a montar», argumentó. Los locales afectados no estuvieron más de dos horas sin veladores.

Para hoy, por el concierto del festival adolescente Primavera Pop, está prevista la misma restricción con el añadido de que se cerrarán todos los accesos salvo los de las calle de Gerona y Botoneros. Las terrazas tendrán que ser retiradas a las 18 horas y se controlará el flujo de público para que el aforo no supere nunca los 10.000 espectadres.

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