El asentamiento de Moncloa no tiene nada que ver con lo que fue
El asentamiento de Moncloa no tiene nada que ver con lo que fue - DE SAN BERNARDO

Carmena erradica los cinco primeros asentamientos de rumanos

En el foco del Faro de Moncloa o en el del Puente de Ventas apenas hay ya «inquilinos»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Ayuntamiento de Madrid se ha puesto como fecha límite la de mañana para dar por desmantelados cinco asentamientos en donde malviven y/o pernoctan en precarias condiciones rumanos de etnia gitana en suelo municipal. En ninguno hay construcciones ni menores. Se trata del situado junto al Faro de Moncloa, donde decenas de personas que mendigan en torno a la zona del Hospital Clínico han instalado este invierno tiendas de campaña junto al Museo de América.

El otro núcleo es otro clásico: está en el Puente de Ventas, sobre la M-30. Ahora, con las altas temperaturas, las personas en lugar de cobijarse bajo la cubierta van a la calle de la Virgen de la Alegría, junto al mercado (Ciudad Lineal).

Los demás se encuentran en la calle de la Oca (Carabanchel), en la zona del campo de minigolf del Planetario (Arganzuela) y en la calle de López de Hoyos Esquina a Joaquín María López (Chamartín).

El objetivo del consistorio es que no vuelvan a instalarse en la vía pública y vivir en esas deplorables condiciones, si bien son conscientes de que se trata de un problema de difícil solución. «Hay que tratar de mirar la realidad con sus ojos; no es fácil». Así lo explicó a ABC la responsable de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras.

El proceso para lograr que se marchen por voluntad propia es largo. Comienza cuando miembros del Samur Social les explican la lista de recursos que tienen a su disposición para abandonar la calle –albergues y el proyecto Apoi para minorías étnicas–, medios que rechazan en el 95% de los casos, indica la concejal. «Si alguno accede, finalmente, se acaba marchando; hay que tratar de mirar la realidad con sus ojos;no es fácil».

Tras indicarles que deben dejar de vivir de ese modo, ya que no se puede cocinar, hacer fuego, dormir ni hacer sus necesidades en la calle en cumplimiento de las ordenanzas municipales, se establece una fecha para que se marchen. El día fijado acude la Policía Municipal, el Selur y el Samur Social y, aunque sean reticentes a irse o no se lo crean, lo terminan haciendo sin que se les obligue, agrega Higueras. «Bien es verdad que la presencia de los agentes se tiene que mantener durante varias semanas con el fin de que no vuelvan a instalarse», añade la delegada de Derechos Sociales.

Billete de regreso a su país

Antes del día fijado no es habitual que sus «inquilinos» abandonen masivamente el lugar, si bien en verano se suelen ir a otras zonas de España o, si tienen que abandonar el asentamiento, suelen pedir al Samur Social que les pague el billete para marcharse a su país, agregó la delegada de Derechos Sociales. Dicha entidad dispone de una partida presupuestaria destinada a personas sin recursos.

De ahí que los cinco asentamientos estén ahora reducidos a la mínima expresión y el consistorio los dé por eliminados. «Eso no quiere decir que no haya nadie en ellos», reiteró Higueras.

La madrugada del sábado en Virgen de la Alegría no había nadie. Tres de los inquilinos dormían en la entrada de un comercio. En el Faro de Moncloa las tiendas habían desaparecido y media docena de personas pernoctaban al raso. «El proceso para acabar con estos focos seguirá», dijo la concejal, si bien no dio fechas.

Ver los comentarios