Las elecciones de 1977, los comicios que valieron una Constitución

Trece. Ese es el número de ocasiones en que los españoles han acudido a votar en elecciones generales en la democracia española actual. La primera, el 15 de junio de 1977; la última, el 26 de junio de 2016. Aquella primera cita con las urnas no ha pasado a la historia como la de la I Legislatura, sino que representó un hito anterior y génesis del resto de legislaturas, que no podían haber existido sin ella, la Legislatura Constituyente. Con la muerte de Franco, el asesinato de Carrero Blanco y la designación de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, la coyuntura política y social había experimentado un importante cambio que se podía resumir en tres proyectos, entonces de futuro, para el país.

Un franquismo sin Franco, pero con la reproducción de sus instituciones y sus dinámicas externas. Una ruptura absoluta con el régimen, defendida por la denominada «Platajunta», en la que se integraban el PSOE y el PCE. Y una salida consensuada, «de la ley a ley», que había tenido su comienzo en la Ley para la Reforma Política, y que quería culminarse con la construcción de un consenso que integrara a los diversos actores políticos del momento (tremendamente polarizados y en tensión).

Las primeras elecciones de la democracia española actual sirvieron, precisamente, para elegir a las Cortes que se encargarían de elaborar la primera constitución tras 40 años de franquismo. El 18 de marzo de 1977, el presidente Suárez convocó los comicios, que tuvieron lugar en junio. A las elecciones constituyentes se presentaron, entre otros, los partidos y coaliciones electorales Unión de Centro Democrático (liderada por Suárez), Partido Socialista Obrero Español (dirigida por Felipe González desde 1974), el Partido Comunista de España (legalizado en el mes de abril tras un pacto entre el presidente y Santiago Carrillo), Alianza Popular (con Manuel Fraga a la cabeza) o el Partido Socialista Popular (liderado por Enrique Tierno Galván).

Dieciocho millones y medio de españoles acudieron a las urnas ese día, lo que supuso una participación de casi el 80%. A pesar de la tensión creciente y de los antecedentes históricos inmediatos protagonizados por la violencia. La jornada electoral se desarrolló con tranquilidad y no fue registrado ningún incidente.

Los resultados

Los resultados de las elecciones arrojaron una preferencia clara por los partidos más moderados. La UCD ganó los comicios con más de seis millones de votos, que se tradujeron en 165 escaños, tan solo a 11 de la mayoría absoluta. El PSOE, con más de cinco millones de votos, obtuvo 118 diputados, desbancando al partido que entonces copaba la hegemonía de la izquieda española, el PCE, que solo sacó 20 escaños representativos de algo más de 1.700.000 votos. El cuarto partido con mejores resultados fue la AP de Manuel Fraga, que obtuvo 200.000 votos menos que los comunistas, lo que le valió 15 escaños. La formación liderada por Tierno Galván no llegó al millón de papeletas y se quedó con 6 diputados, mientras que el resto de partidos obtuvieron 1.200.000 votos y se repartieron los 25 escaños restantes.