SANIDAD

Vacunas, dos siglos de confianza

Galicia asiste vigilante, y de momento a salvo, a la caída de la vacunación en Europa y el rebrote de enfermedades evitables

Un bebé recibiendo una vacuna en una consulta sanitaria ADOLFO BENETÓ

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En marzo Italia ponía fin a la moratoria aplicada a la conocida como Ley Lorenzin y activaba la prohibición de escolarización a niños no vacunados. «No hay vacuna, no hay escuela», resumió la ministra de Sanidad italiana, asumiendo la norma con la que el anterior gobierno salía en 2017 al paso de la preocupante caída de sus coberturas vacunales. En 2018, era Francia la que, amenazada por los bajos índices de vacunación, establecía la obligatoriedad de once inmunizaciones.

La relajación de las coberturas ha abierto vías de agua en la protección colectiva, incluso en aquellas regiones favorecidas que estaban cerca de la supresión de enfermedades como el sarampión: 35 europeos perdieron la vida en 2017 por efecto de esta enfermedad evitable y al menos 34 más (con datos hasta noviembre) fallecieron en 2018, tantos como en los 17 años anteriores. En noviembre de 2018, la propia OMS lanzaba la alerta y exigía medidas a los países ante el riesgo de echar por tierra décadas de progreso en la protección de la salud pública.

De fondo, una creciente corriente antivacunas y una relajación de las familias ante los posibles efectos devastadores de enfermedades que, precisamente, la vacunación sistemática había conseguido alejar del imaginario colectivo; el resultado de más de 200 años de éxito sanitario desde que en los albores de 1800 arrancase la vacunación contra la viruela. En los 60 se sumaría en España la inmunización contra la polio —los niños de Lugo y León serían pioneros en un programa piloto con la vacuna oral—, la difteria, el tétanos, la tosferina y, más tarde, el sarampión que hoy rebrota, hitos en una carrera por la protección de la salud comunitaria que en 1975 se consolidaba con la implantación del primer calendario sistemático español.

Corriente en contra

Aparentemente a salvo de la corriente antivacunas, Galicia mantiene en los primeros quince meses de vida tasas de vacunación por encima del 95% recomendado , y superiores al 99% en el caso de la vacuna hexavalente, según explica Xurxo Hervada, subdirector xeral de Información sobre Saúde e Epidemioloxía con motivo de la celebración (del 24 al 30 de abril) de la Semana Mundial de la Vacunación. El último caso de sarampión en Galicia —siete pacientes en el verano de 2011 en Lugo a partir de un primer caso infectado durante unas vacaciones en Italia— puso a prueba la inmunidad colectiva lograda en la Comunidad, limitando a siete casos un brote que, dada la alta capacidad de reproducibilidad del sarampión (18 por cada 1), podría haber alcanzado proporciones mayores. En cualquier caso, las autoridades sanitarias se mantienen vigilantes: «Ocurre en Italia, Francia, Holanda, Alemania... En España los colectivos antivacunas están más activos en el Levante y Cataluña [en 2015 fallecía en Olot un niño de seis años no vacunado por causa de la difteria, una enfermedad desconocida en España desde el 87], pero no podemos confiarnos en que aquí vayamos a ser inmunes a este movimiento», sostiene el subdirector xeral. No en vano, de acuerdo con Saúde Pública, la Consellería de Política Social comenzará el próximo curso a exigir el calendario de vacunación al día como requisito para la admisión de niños en las escuelas infantiles públicas , y el Gobierno gallego estudia el encaje de extender el requisito a otras etapas educativas. «Estamos en una situación muy buena, pero no podemos caer en la autocomplacencia; no somos distintos a los franceses, los italianos o los portugueses y existe un goteo a la baja, casi imperceptible. El problema en esto es que si la cobertura baja de un porcentaje crítico, ese que en cada patología garantiza la conocida como protección de rebaño o inmunidad colectiva, la vuelta al punto de partida no es tan sencilla como dar un pasito atrás, pueden ser meses o años de campañas excepcionales», expone también Federico Martinón, coordinador de la Unidad de Investigación en Vacunas y Ensayos Clínicos Pediátricos del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago.

La macroencuesta Sistema de Información sobre Conductas de Riesgo (SICRI) que desde 2005 lleva a cabo Saúde Pública en la Comunidad capta una presencia residual de rechazo activo a la vacunación : en los últimos datos disponibles, correspondientes a mujeres que habían dado a luz en 2016, sólo 15 de 6.434 encuestadas totales afirmaban no estar al día con las vacunas de sus bebés; doce de ellas por no estar de acuerdo con la vacunación.

Aun así, la alerta está encendida. Saúde Pública sigue de cerca la evolución de las coberturas vacunales y, singularmente, el descenso registrado en el refuerzo de la triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) que se administra a los 3 años junto con la varicela. En 2017 la cobertura de este recuerdo fue del 91,4% , por encima del 89,8% nacional, pero alejándose del 95% objetivo. El acceso continuado al sistema sanitario, apunta Hervada, permite normalmente la revacunación en contactos posteriores de esos niños que no recibieron la dosis en la edad pautada, y —a la espera de los datos de 2018— la investigación no ha desvelado una concentración territorial del descenso que pudiese desvelar la existencia de una comunidad reacia, por convicción o dejadez, a las vacunas.

La dosis del Meningococo B

Con el calendario de vacunación oficial en continua revisión —tras el verano arrancará en Galicia la vacunación de adolescentes contra el Meningococo A, W e Y, además del C—, el debate se concentra ahora en la inclusión en la cobertura pública de la vacuna del Meningococo B , especialmente tras el paso adelante de Castilla y León para financiarla en su territorio. La posición de las sociedades científicas de pediatría es clara, recomendando la vacunación privada a las familias y empujando por su inclusión en los calendarios públicos. Sin embargo, expone Xurxo Hervada, para la ponencia técnica de vacunas del Consejo Interterritorial no existen datos suficientes que avalen la financiación de esta dosis con el nivel actual de incidencia. «Desde su introducción en 2015 en el calendario público de Reino Unido se han evitado 250 casos. ¿Son pocos casos? A mí me parecen muchos», apunta a su vez Martinón, valorando la apuesta de algunos territorios por «priorizar la inversión en vacunas».

Las vacunas disponibles salvan al menos 5 vidas cada minuto, pero, recuerdan los expertos, «sólo funcionan si se usan». «Son un logro maravilloso de la ciencia, todas las que se utilizan son seguras y seguir confiando en ellas es lo más inteligente», abunda Xurxo Hervada.

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