Alojamiento de turismo rural en Galicia
Alojamiento de turismo rural en Galicia - ABC

El turismo rural contará con un plan específico para intentar revitalizarlo

El 54% de los dueños de casas rurales le dedica menos de tres horas diarias a su negocio

Santiago Actualizado: Guardar
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Contra cierta idea extendida, el turismo rural no es uno de los cabecillas de este sector en auge en Galicia. Aunque la naturaleza suele ser señalada por los viajeros como la principal razón para acercarse a la Comunidad, ese interés no se refleja en las estadísticas. En línea con el resto de ámbitos turísticos, el rural también mejora, pero no tanto como desearían sus empresarios. Un centenar de ellos se acaba de reunir en Santiago para debatir al respecto en unas jornadas promovidas por Escapada Rural a las que asistió ABC.

El contexto «agridulce» lo proporciona Francisco González, presidente del Clúster del Turismo de Galicia, con un ejemplo: el pasado enero el rural logró más de 8.000 visitantes, su mejor cifra en el primer mes del año, pero solo suponen un 5,5 por ciento del total.

De los 200.000 que se contabilizaron en este tipo de establecimientos a lo largo de 2016, la mitad llegaron entre julio y septiembre. La estacionalidad se presenta así como uno de sus principales problemas, aunque pronto brotan otros como la falta de profesionalidad y de organización e incluso el feísmo. Desde la Xunta, presente en estas jornadas a través de la directora de Turismo, Nava Castro, se avanzó que el plan estratégico que prepara el Gobierno autonómico para el sector con la vista en el Xacobeo 2021 dedicará un apartado específico a la reestructuración y reordenación del turismo rural.

Precios al alza en 2016

Los números los sirve Escapada Rural, que elabora un informe a través de encuestas a viajeros y propietarios de casas rurales. Uno de los datos más reveladores señala que el 54% de quienes regentan estos establecimientos le dedica menos de 3 horas diarias al mismo, lo que evidencia que para más de la mitad no representa su principal actividad económica. Además, otro 18% desconoce el tiempo invertido o prefiere no responder. En el lado positivo, destaca que en el último año un 26% pudo aumentar sus tarifas, más que la media española, del 22%. El 61% no las modificó y solo un 14% las rebajó. Además, quienes se alojan en casas rurales ponen buena nota del trato recibido, uno de los aspectos más valorados.

Cifras al margen, toman la palabra los protagonistas en un animado coloquio que revela algunos de los talones de Aquiles del sector. Manuel Lema, con casas rurales en Outes (La Coruña), lidera los aplausos con sus críticas al feísmo, palabra que –sostiene– «los turistas llevan en la boca». «Debemos luchar por una marca, Galicia, que es naturaleza. Que sea una marca transparente y con ríos limpios», reivindica. «No hay que innovar nada, solo copiar a países como Suiza», defiende al tiempo que celebra que el sector empiece a trabajar con una sola voz.

Le escucha Cesáreo Pardal, presidente de Fegatur (Federación Gallega de Turismo Rural), que tampoco pasa por alto el problema derivado de no potenciar centrales de reservas y webs propias. «En Fegatur contamos con dos empresas que tienen que pagar anualmente un 33% de su facturación a Booking», advierte. El fenómeno de Airbnb, que permite a particulares alquilar su vivienda, tampoco es ajeno al turismo rural. El año pasado fueron denunciadas 25 y, en general, se estima que en paralelo a las 600 casas regladas operan otras tantas sin licencia.

Desde Galicia Holiday añaden un déficit de cara al viajero extranjero, tanto en idiomas como en gustos y posibilidades de reserva, mientras que desde Viajes Tambre aprecian una carencia de actividades de fin de semana y productos con aventuras en el entorno de los establecimientos. «Vendamos la lluvia», anima su responsable.

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