Terranova vive el peor naufragio de un pesquero español desde 1978

Diez marineros del Villa de Pitanxo han muerto, 11 más están desaparecidos y solo tres fueron rescatados con vida

Los equipos de rescate ven muy poco probable que haya más supervivientes de una tragedia ocurrida a medianoche

El cónsul honorario de España en Terranova: «Ha debido ser un naufragio muy rápido»

Varios muertos tras el hundimiento de un barco gallego en Terranova (Canadá) EFE / Vídeo: Asciende a 10 el número de fallecidos en el naufragio del 'Villa de Pitanxo' - ATLAS
Pablo Pazos

Pablo Pazos

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El mar, tan enraizado en la idiosincrasia de Galicia, sumió ayer de luto a toda la comunidad con el naufragio en Canadá, a 450 kilómetros al este de las costas de Terranova, del Villa de Pitanxo, un pesquero con base en la localidad pontevedresa de Marín. Hasta ahora diez cadáveres han sido recuperados, 11 están desaparecidos y apenas tres supervivientes de las 24 personas que iban a bordo cuando se hundió por causas que todavía se investigan. «El mar estaba muy mal» , explicó desde Madrid el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a quien llamó el Rey para trasladarle su «pesar» por lo acontecido. «Ha sido un desastre, el barco ha desaparecido», añadía ante los medios de comunicación. Las fuertes rachas de viento, la mar gruesa —olas de cuatro a cinco metros— y la visibilidad reducida complicaron ayer sobremanera las tareas de rescate. Más dosis de fatalismo.

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El Villa de Pitanxo emitió dos alertas a las 5.24, hora española. La armadora, Pesquerías Nores Marín, S.L., explicó en un comunicado remitido a las 15.35 que se desconocían «las causas que pudieron motivar el naufragio». « Es una tragedia humana . Trabajar en el mar es siempre una heroicidad», lamentó Feijóo. Es el peor naufragio de un barco de pesca español en más de 40 años. En 1978 se cobró 27 vidas en las islas Cíes al chocar contra las rocas el Marbel. Solo desde 1991, ochenta marineros gallegos habían muerto y cinco desaparecido en trece grandes naufragios. Hasta que Terranova engulló una veintena de almas y se añadió a esta lista luctuosa.

El patrón, con vida

El grueso de la tripulación es de nacionalidad española. La responsable de la cartera autonómica de Mar, Rosa Quintana, explicó desde Marín que tres proceden de este pueblo de la comarca del Morrazo, a los que se suman tres de Cangas, uno de Bueu, uno de Moaña, uno de Huelva y un décimo que se creía que procede de Moaña. El resto son peruanos y ghaneses nacionalizados, mientras que los seis restantes tienen nacionalidad de estos dos mismos países. Todos viajaban a bordo del barco de 50 metros de eslora que faenaba a medianoche en aguas de NAFO cuando se fue a pique.

Las gélidas temperaturas del agua convirtieron en una heroicidad que tres de los tripulante s consiguieran sobrevivir a la tragedia, aunque al límite:la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, la primera en adelantar al filo de las 12 lo sucedido en Terranova, explicaba que habían sido localizados en «shock hipotérmico ». Victoria Portas, alcaldesa de Cangas, otro municipio de la comarca del Morrazo, confirmó a este diario que uno de los supervivientes es el patrón del barco, Juan Padín, y otro su sobrino Eduardo. El propio Padín, explicaba, llamó a su mujer para tranquilizarla y decirle que se encontraba bien, y que su sobrino estaba con él. « Hay cadáveres ». Estas dos palabras de la subdelegada anticiparon que al otro lado del Atlántico se había producido una tragedia. De poco sirvió la celeridad con la que actuó Salvamento Marítimo. Mientras se intentaba contactar, sin éxito, con el Villa de Pitanxo, el Centro Nacional de Coordinación, en Madrid, movilizó vía satélite a dos pesqueros próximos al lugar de la emergencia:el Playa Menduiña Dos y el portugués Novo Virgem da Barca, a los que se instruyó para realizar llamadas por radio al arrastrero en apuros.

A las 10.37, el Playa Menduiña Dos se encontraba con el peor escenario posible:avistó balsas salvavidas y múltiples objetos dispersos. Al aproximarse, localizó a tres personas en una de las balsas y varios cuerpos. Amiles de kilómetros de distancia, en Marín y en el resto de Galicia, los familiares de los tripulantes, alertados por las primeras informaciones, trataban de saber qué suerte habían corrido los suyos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladaba tras el Consejo de Ministros su «inquietud» y «preocupación». El líder del PP, Pablo Casado, daba su pésame a los allegados de las víctimas. «No recuerdo nada semejante», acertaba a decir la alcaldesa de Marín, María Ramallo, ante el «gran dolor» que recorría toda la península del Morrazo y el resto de Galicia. Asu lado, la conselleira Quintana admitía que nunca había vivido nada semejante en 13 años en el cargo.

De marino a empresario

El Villa de Pitanxo forma parte de la flota del Grupo Nores, que, tras más de seis décadas de andadura, cuenta con tres centenares de empleados, está presente en unos 60 países y maneja más de 30.000 toneladas de capturas anuales. Tiene presencia en los caladeros de Argentina, Islas Malvinas, Canadá, Hatton Bank, Marruecos, Guinea Bissau y Senegal. Manuel Nores González es el emprendedor que a los 12 años se enroló en un buque de bajura, ascendió a técnico de pesca y acabó erigiendo un conglomerado de empresas que comercializa, congelado, el pescado que captura en todos los caladeros mundiales.

En su última singladura, el Villa de Pitanxo acabó engullido por el mar por causas que todavía han de ser esclarecidas. Galicia, mientras intenta digerir este mazazo, decreta hoy mismo luto oficial.

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