El portavoz parlamentario de En Marea, Luís Villares
El portavoz parlamentario de En Marea, Luís Villares - EFE
POLÍTICA

La soledad de Luís Villares

La decisión del lucense de apoyarse en sectores minoritarios para ser portavoz de En Marea desató las críticas de algunos de los que hasta hace poco eran sus principales apoyos

Santiago Actualizado: Guardar
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A Luís Villares le ha salido más caro de lo que pensaba acabar con los más de dos meses de bloqueo que arrastraba la constitución de la dirección de En Marea. Su decisión de apoyarse en miembros de las listas minoritarias para convertirse en portavoz único de la formación desató los ya habituales reproches de algunos sectores de peso dentro de la coalición como Marea Atlántica o Izquierda Unida, que tras intentar sin éxito vetar al exmagistrado como referente del partido instrumental vieron además como la maniobra de Villares los dejaba fuera de la ejecutiva. No obstante, con lo que no contaba el diputado lucense era con que a su lista de enemigos habituales se fuesen a sumar algunos de los que hasta el pasado domingo eran sus principales valedores, dejando así al magistrado en una situación de debilidad inédita, sin el apoyo explícito de ningún referente del rupturismo gallego salvo Xosé Manuel Beiras.

El primero en salirse del guión en los últimos días fue el alcalde de Santiago Martiño Noriega, uno de los que —junto a Beiras— aupó a Villares para convertirse en candidato de En Marea a las elecciones autonómicas. Noriega acusó al magistrado en excedencia de introducir «distorsión» en los órganos de dirección de la formación y admitió sentirse «preocupado» por el rumbo que está tomando el partido instrumental con el diputado lucense a la cabeza. A las críticas del regidor no tardó en sumarse las del que hasta hace unas semanas era la mano derecha de Villares en el parlamento gallego, Antón Sánchez. Convertido ya en portavoz de Anova, Sánchez promovió una carta en nombre de la dirección de este partido acusando al lucense de conformar una coordinadora que «no refleja suficientemente» la pluralidad del espacio de confluencia.

Ante este escenario, las cosas parecen complicarse más que nunca para Luís Villares. El grupo de críticos que quedó fuera de la Ejecutiva ya avanzó que esperarán al plenario que la formación celebrará este verano para tratar de tumbar con el mayor número de apoyos posibles la nueva ejecutiva designada por el exmagistrado. Una posibilidad que, según fuentes consultadas por ABC, contemplan los textos aprobados en la asamblea fundacional de En Marea, por lo que podría materializarse si el nuevo portavoz continúa perdiendo aliados.

De momento, el entorno del diputado lucense confía en que la situación pueda reconducirse en los próximos meses manteniendo la actual dirección, y defienden que aunque Luís Villares tenga cada vez menos apoyos entre las caras más visibles de la confluencia, sí cuenta con el respaldo de gran parte de las bases de En Marea. «La gente es consciente de que en una organización tan débil internamente como esta el portavoz orgánico debe ser la misma persona que ocupa la portavocía parlamentaria», explican desde el entorno del juez en excedencia.

Apoyo de Carmen Santos

En medio de la sucesión de críticas que tuvo que soportar esta semana el diputado lucense una de las pocas voces dentro de En Marea que quiso salir en su defensa fue la de la líder de Podemos Galicia, Carmen Santos, que felicitó a Villares tras ser designado portavoz. Paradójicamente, a pesar de que la formación morada estuvo a punto de desmarcarse del partido instrumental en las últimas elecciones, el sector oficial del partido de Pablo Iglesias en la Comunidad sí respalda el liderazgo de Luís Villares y cuenta con una representante en la nueva ejecutiva de En Marea.

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