Populares y socialistas acusan a AGE de boicotear los intereses de Vigo

Alternativa Galega de Esquerda consumará su advertencia e impedirá la modificación de un artículo del proyecto de Ley del Suelo que propiciaría dar una solución a los problemas generados por la anulación del Plan General de Vigo. De forma enfática, el viceportavoz «rupturista», Antón Sánchez, aseguró que la postura de la «confluencia» no había cambiado. Para legitimar este bloqueo, que retrasará unos días la solución definitiva, el diputado argumentó que de aprobarse la propuesta del PPdeG —consensuada con los socialistas, con la Xunta y el Concello de Vigo— se produciría una situación de «inseguridad jurídica». Además, avanzó que una delegación de parlamentarios se trasladará a la fábrica de Citroën de Vigo para explicar su postura «a los trabajadores».

De esta forma tratarán de explicarse ante la multinacional, cuyos proyectos quedarían en suspenso de no reponerse la legalidad urbanística.

La negativa de AGE, explicitada tras la junta de portavoces del Parlamento, recibió una respuesta contundente por parte de los populares y los socialistas. El portavoz de la mayoría, Pedro Puy, aseguró: «Vamos a mantener la esperanza hasta el último momento», pero mostró su contrariedad por la actitud de un grupo que «impide una demanda unánime de Vigo» a la par que «plantea preguntas al presidente sobre los sectores estratégicos de Galicia».

En términos similares se pronunció el portavoz del grupo socialista, José Luis Méndez Romeu, quién aseveró que «AGE está en contra de todos los proyectos industriales de este país» y calificó de «imprescindible» la reforma del artículo. En todo caso, comparte con el PP la decisión de reformar la futura ley para dar una solución inmediata al urbanismo vigués.

Convicciones de plastilina

La falta de sintonía entre los socialistas y AGE se evidenció en la comparecencia posterior de los portavoces. José Luis Méndez Romeu criticó las explicaciones de Yolanda Díaz sobre el papel del Rey en la ronda de consultas para la formación de Gobierno y las «convicciones de plastilina de En Marea». Sin embargo, evitó distanciarse de un posible acuerdo con Podemos, como le reprochó el portavoz del PP, Pedro Puy.