Masoquismo informativo

El pasado mes de febrero A Coruña fue la tercera provincia española con mejores datos de exportación y Pontevedra la sexta. La Xunta anunció la revisión al alza de la previsión de crecimiento para este año y el paro bajó el último año un 14%. Todas son excelentes noticias económicas que hemos conocido esta semana y que han pasado sin pena ni gloria por los medios de comunicación. No porque no hayan tenido su espacio, sino porque a la audiencia le interesa mucho la economía cuando las cosas van mal, pero se olvida de ella en cuanto la situación se arregla. Como si fuésemos una especie de masoquistas informativos dejamos ahora las páginas salmón del periódico sólo para envolver pescado y ganan peso sin embargo las crónicas sobre árbitros que roban en los vestuarios, señoras que se parecen a Donald Trump o corruptelas políticas, aunque sea defecto general el de airear demasiado las de los demás y a la vez esconder las que afectan a los allegados. Pero esa es otra historia.

Es llamativo que en la última sesión de control a Núñez Feijóo la oposición le haya preguntado al presidente por el atractivo de la universidad, por el nivel de ejecución de las partidas de formación para parados y por el monte gallego. Tres temas sin duda muy interesantes, pero nada sobre la que antes decían desastrosa política económica de la Xunta ni tampoco sobre el barranco al que pronosticaban que íbamos de cabeza.

De Navantia ya no dicen nada, y En Marea incluso ha dejado de meterse con Inditex y con Citroën. En las próximas elecciones los grandes temas de debate serán seguramente el futuro del Pazo de Meirás y el derecho a romper fotos del jefe del Estado. Quizás haya quien piense que es frívolo semejante panorama, pero ojalá no tengamos que volver, por lo menos durante un largo periodo de tiempo, a volvernos a fijar en las noticias económicas. En un par de años los más jóvenes del pueblo no sabrán siquiera lo que es la prima de riesgo. Cuanto más delgada la sección económica mejor.