José Luis Jiménez - PAZGUATO Y FINO
A la sombra de un ministro (en funciones)
Caballero queda retratado cuando su discurso para Galicia es que Feijóo obligue a Casado a que se abstenga para que Sánchez sea investido y puedan seguir viniendo ministros a hacerle la campaña
¿Qué me cuenta? ¿Que usted no sabe todavía quién está llamado a ser la alternativa en la izquierda gallega? ¿Que no le pone rostro a Gonzalo Caballero porque por más que estuvo siguiendo la información del Parlamento de Galicia durante los dos últimos años no fue capaz de verlo haciendo política autonómica allí donde se corta el bacalao? No desfallezca, porque seguramente pase pronto por su concello, como si fuera el camión del tapicero, y tendrá la posibilidad de conocer de primera mano algunas ideas de su programa político, que suenan mucho a vaguedades sobre lo bueno que son los progresistas (de la izquierda, por supuesto) y lo malas que son las tres derechas, aunque en Galicia gobierne solo una y a las otras dos ni se las espere. Es lo que tiene cuando el argumentario viene de Ferraz y está feo introducirle cambios así a lo loco.
Hay otra posibilidad. Y es que atienda a las visitas que estos días están realizando a Galicia distintos ministros en funciones del Gobierno de España. Es decir, que si están en funciones vienen de paseo, porque carecen de capacidad ejecutiva para solucionar problemas reales. No, no es una interpretación maliciosa de este opinador, es lo que el PSOE replica cuando la Xunta exige al Ejecutivo que le abone 700 millones de euros que le adeuda en distintos conceptos. Ya sabe que este Gobierno, el mismo de los «viernes sociales» en plena precampaña, se deja el pudor en casa cuando se trata de la propaganda .
A lo que iba. Si quiere conocer a Gonzalo Caballero es el que aparece chupando cámara al lado del ministro (o ministra, que se sublevan las tuiteras de género) de turno, asintiendo con la cabeza. Son esos mismos ministros (o ministras) que vienen a Galicia pero no se entrevistan con los conselleiros de sus respectivos ámbitos, sino que solo posan con el líder del PSdeG para regalarle unos minutos de protagonismo, un par de fotos para el álbum, la visibilidad de la que carece y que ansía. Los ministros (y ministras) quedan en evidencia por prestarse a jugar a la liga de la política partidista en vez de practicar la lealtad institucional . Pero Caballero queda retratado cuando su único discurso para Galicia es que Feijóo obligue a Casado a que se abstenga para que Pedro Sánchez sea investido (porque en Moncloa ya vive) y puedan seguir viniendo ministros a hacerle la campaña.
Y esto no ha hecho nada más que empezar.
