Domund, más que una hucha

En el año 1922, el papa Pío XI durante su homilía en la misa de San Pedro sorprendía a todos despojándose del solideo, colocándolo sobre su mano vuelto hacia arriba y solicitando la colaboración económica de toda la iglesia para sostener la acción de las misiones. Tuvieron que pasar cuatro años más para la institución formal de la Jornada Mundial de las Misiones, un evento que cada penúltimo domingo de octubre vuelve a apelar a la solidaridad de las iglesias con los territorios de misiones sacando a las calles las huchas de recaudación. Pero el Domund, apuntó ayer desde Santiago el director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), Anastasio Gil, es mucho más que una hucha: «Aunque a veces se reduce a algo tan prosaico como la colecta, el Domund habla de universalidad, de solidaridad , de descubrir la dimensión mundial de la Iglesia, de casi trece mil hombres y mujeres españoles — cerca de cuatrocientos partidos de Galicia — gastando su vida al servicio de los más necesitados», apuntó Gil durante la presentación en Santiago de la campaña 2017.

Las 2.998 diócesis de la iglesia católica repartidas por el mundo recaudaron el pasado año 87 millones de euros para el Fondo Universal de Solidaridad que nutre las actuaciones en los 1.113 territorios de misión. España aportó 12,2 millones al fondo, de los que más de 960.000 euros salieron de las diócesis gallegas . «Lo importante es la suma de muchos pocos. Y sabemos además que un misionero es capaz de convertir un euro en cinco», señaló el director nacional de OMP, destacando la audacia y el compromiso de las personas involucradas en las misiones, que «se llevan el cepillo de dientes y poco más». El fondo, detalló, «llega íntegro y se distribuye de forma equitativa», un 35% para necesidades ordinarias, un 55% para proyectos extraordinarios y un 10% para actuaciones de emergencia.

OMP ha escogido este año a Galicia como sede nacional de la campaña del Domund , elaborando una programación encaminada a difundir los valores y actuaciones que están detrás de las huchas porque, apuntó David Álvarez, director de la OMP de Santiago, aunque «llevamos toda la vida escuchando la palabra Domund, no sabemos lo que hay detrás; y detrás hay miles de caras, miles de anécdotas, miles de sacrificios».

Dentro de esa programación, Luz Casal actuará como pregonera del Domund 2017 el próximo día 11 en la catedral de Santiago , y desde el día 2 se podrá visitar en el Pazo de Fonseca la exposición «El Domund al descubierto», sobre la labor desarrollada por misioneros en los cinco continentes. Mesas redondas, jornadas de convivencia y conferencias completan un programa que se desarrollará en distintas ciudades de la Comunidad con la participación de misioneros gallegos como Julio Parrilla, obispo de Orense en Riobamba (Ecuador); Adolfo Zon, obispo de Orense en Alto Solimoes (Brasil), o Andrés Díaz de Rábago, destinado en Taiwán y presente ayer en la rueda de prensa en Santiago.

El próximo día 3 cumplirá 100 años, setenta de ellos dedicados a la misión en Asia. «Salí de España en 1947 y en veinte años no volví. Nos íbamos para no volver, y así nos despedían nuestros padres. Aunque no era un entierro, era una despedida definitiva» , apuntó Díaz de Rábago, ordenado sacerdote a los cinco años de su llegada a Asia. «Soy el último de una generación, tienen que venir a sustituirme, no uno, mil!», animó. «Es mejor dar que recibir. Es mejor dar misioneros que recibirlos. ¿España, país de misión? ¡No! ¡España misionera! ¡Necesitamos muchos más misioneros!», sostuvo este jesuíta que, a sus 99 años, tiene billete de vuelta a la misión.