CRÓNICA

El discreto rearme de Ciudadanos Galicia

Pese a los problemas de discurso, estructura y liderazgo, los naranjas centran esfuerzos en las municipales

La portavoz de Cs Galicia y edil en Lugo, Olga Louzao MIGUEL MUÑIZ

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En Galicia, Ciudadanos es aún un partido en construcción. A todos los niveles. Todavía no han dado con la tecla que les permita articular un discurso propio, su implantación territorial es una misión inacabada, y aún no han lanzado a una cuadrilla de dirigentes que ponga rostro a su alternativa. Pero están en ello. A siete meses de las elecciones municipales, la formación naranja pone a punto su maquinaria sabiendo que en el corto plazo podrían ser llave en algunos municipios. A la larga, con todo, buscan demostrar la solvencia de un proyecto válido para asaltar el centro-derecha, que sea capaz de achicar espacio al PPdeG, y lo suficientemente autónomo como para no depender excesivamente del tirón mediático de sus líderes en Madrid.

«Estamos en una situación completamente diferente a la de hace unos años», reflexiona en conversación con ABC la portavoz autonómica del partido y edil en Lugo, Olga Louzao, como haciendo una separación entre un pasado marcado por los sinsabores electorales —véase el fracaso de las autonómicas de 2016— y las luchas internas, y un presente cargado de pronósticos más halagüeños. En estos momentos, aseguran contar con «cerca de mil afiliados» que abonan cuota y «casi siete mil inscritos», repartidos en 56 células locales . «Crecemos a un ritmo sostenido de 200 inscritos al mes; durante este abriré 30 grupos locales», apostilla el secretario de Organización, Laureano Bermejo. Muchos nuevos se arremolinan en torno a las áreas metropolitanas de las ciudades, como en La Coruña (Oleiros, Cambre, Culleredo) oSantiago (Teo, Oroso, Ames, Santa Comba).

Serán el soporte con el que afrontarán la cita de mayo. Una fecha «importante», sostiene Louzao, en la que aspiran no solo a ser «decisivos», sino a «presentar un proyecto para cada ciudad y pueblo y con la ilusión de ganar unas elecciones». En 2015 cosecharon 23.300 votos y 16 actas. «Estoy completamente convencida de que van a marcar un punto y aparte, van a suponer un nuevo panorama político en Galicia» , señala, frente a un PSdeG que «tiene un líder (Gonzalo Caballero) que no está en el Parlamento», un grupo de En Marea «fragmentado» o un BNG que profesa «el nacionalismo» y que, en consecuencia, se encuentra en las antípodas ideológicas de los naranjas. ¿Y el PP? «No creo que compitamos. Consiguió ofrecer una alternativa política porque los demás partidos no tienen proyecto. Ciudadanos tiene que ser un punto de inflexión».

Candidatos en enero

Aunque para ello se requiera nombrar antes a los candidatos. Tal y como apunta Bermejo, los cabezas de lista se presentarán «en conjunto» en toda España a comienzos del próximo año . Si serán designados o no en primarias todavía está por ver en función de las «condiciones» de cada agrupación, como la obligación de contar con al menos 400 afiliados.

De momento la falta de figuras de peso da vía libre a la rumorología. El caso más reciente se vivió esta semana. El acto protagonizado por Francisco Vázquez y Albert Rivera en La Coruña dio pie —sin mayor fundamento— a que se dispararan los comentarios sobre un posible fichaje del exalcalde de La Coruña. El episodio recordó al del exconselleiro de Feijóo, Javier Guerra , también seducido por los naranjas tras su derrota en el congreso local del PP de Vigo. Las puertas, en efecto, están abiertas «para todo el mundo que quiera trabajar, sea Paco Vázquez o Pepe Pérez» , confirma la portavoz, pero Louzao también cree en la idea de dar oportunidades a personas que no «crecieron a la sombra de un partido».

En realidad, los liberales aspiran a nutrirse del descontento hacia los partidos tradicionales. Louzao cita el «cabreo de la gente joven» y denuncia que ni populares ni socialistas lograron aprovechar las «muchísimas posibilidades económicas» de una Galicia que hoy por hoy «se está convirtiendo en un geriátrico».

Las críticas son bidireccionales. Sin ir más lejos esta semana el presidente de la Xunta acusó al partido de Rivera, además de su ambigüedad sobre el AVE, de su desconocimiento sobre la realidad de los gallegos, una apreciación muy habitual cuando los líderes de todos los partidos se refieren a los naranjas. Louzao la vivió en carne propia tras no acudir al Parlamento a presenciar desde la tribuna el Debate del Estado de la Autonomía . Fue por atender, alega, la vida que lleva «fuera de la política, que es la que me da de comer». «Somos gallegos, vivimos en Galicia y si dimos el paso fue porque queremos que este proyecto sea prioritario en la política gallega» se defiende, ante lo que considera un síntoma de que «ahora jugamos en la misma liga». «Empezaron mirándonos de reojo y ahora nos miran de frente».

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