EL BUM DE LAS APUESTAS DEPORTIVAS

Cuando se juega sin responsabilidad

Galicia cuenta con 3.846 máquinas de apuestas deportivas, mientras las entidades alertan de los trastornos

La accesibilidad y la publicidad de las casas de apuestas, claves para entender las ludopatías juveniles

Local de apuestas en Santiago MIGUEL MUÑIZ

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Ocho de la tarde de un domingo. La radio retransmite el principal partido de la jornada liguera. Es el programa de máxima audiencia. Las voces son conocidas, familiares. En el descanso del encuentro, una de esas voces promociona una casa de apuestas , informa de las cuotas del partido y del abanico de posibilidades que se le ofrece a los apostantes: quién marcará primero, quién será el máximo anotador o cuál la diferencia de goles. La cuña se repite de modo incesante durante el programa. En todas ellas el locutor finaliza con la misma consigna: «Juega con responsabilidad». Lo mismo sucede en un conocido portal web o en los perfiles de las redes sociales. El futbolista del momento, un actor o un popular periodista ponen rostro a centelleantes banner de publicidad en los que se anuncian suculentos bonos de hasta 250 euros para los nuevos usuarios. Hagan juego, vienen a decir, como en las viejas películas de casino. La propaganda permeabiliza entre los más jóvenes, los más adaptados al bum tecnológico y al mismo tiempo los más vulnerables a los excesos del juego . Algunos caen. Cada vez son más.

«Llevamos un mes que no damos abasto» , denuncia Gerardo Rodríguez, secretario de la Asociación Gallega de Ludópatas Rehabilitados (Agalure). Por sus consultas entrarán este mes «quince o dieciséis» personas «pidiendo ayuda» para vencer su adicción al juego en general. Habitualmente son jóvenes de entre 18 y 30 años, «la mayor parte sin cargas», que deciden ponerse en manos de especialistas porque sus familias, alarmadas, detectan «un gasto económico exagerado». «Cada caso es un mundo», apunta. Un pufo de 500 euros en un adolescente «es dinero», aunque otros llegan con deudas de 20.000 o 30.000 euros. Y de ahí para arriba. Como ejemplo, Rodríguez aporta un dato: la deuda acumulada por los atendidos en Agalure superó el pasado 31 de octubre el cómputo total de todo el año 2017.

Las asociaciones, los expertos y las administraciones hace tiempo que vienen dando voces de alarma. En Galicia existen 3.846 máquinas de apuestas . Las cifras, actualizadas por la Consellería de Vicepresidencia a fecha del pasado viernes, arrojan además la capilaridad con que este tipo de dispositivos se hallan en espacios cotidianos. La mayoría se encuentran operativas en bares o establecimientos de hostelería (3.186), a mucha distancia de las instaladas en salones (429) o tiendas de apuestas (231).

Entre los adictos, las historias se solapan. La mayoría sigue un patrón similar. «Todos hemos empezando echándole una moneda, haciendo una puesta de poco importe, normalmente con los colegas . Rara vez se empieza solo. Luego hay una tolerancia y empiezas a jugar por tu cuenta. Lo que suele suceder es que con una apuesta relativamente baja sacas una pasta. Y piensas: si con esto gano, es un chollo», explica Rodríguez, en una primera persona que no es casualidad. Como parte de la terapia, cuenta su experiencia personal a los jóvenes para «crear empatía», como que empezó a jugar con 15 años y acabó «en la calle sin trabajo». «Me veía viviendo debajo de un puente. Todos los círculos sociales se van al garete y los cambios de carácter son muy fuertes».

La puerta abierta

Los expertos llevan tiempo indagando en estos patrones de conducta. Uno de ellos es Antonio Rial Boubeta, profesor de Psicología de la USC, que critican la «paradoja» entre la preocupación de las autoridades públicas por la ludopatía en los jóvenes y la falta de información disponible. En la última macroencuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), por ejemplo, se cita que el 6,4% de los alumnos jugó dinero online y que el 13,6% lo hizo en apuestas presenciales . Rial menciona también a otra de las referencias académicas en la especialidad, Mark Griffiths, de la Universidad de Nottingham. En una de sus investigaciones, Griffiths señala que el posibilidad de que un adulto desarrolle una ludopatía es hasta cuatro veces mayor probaron el juego a edades tempranas. «En seis o siete años tendremos las consultas de salud mental colapsadas».

Uno de los enfoques preferidos por los especialistas para estudiar la ludopatía es el método ECO, acrónimo de Expectativa-Coste-Oportunidad. Es el punto de partida para comprender por qué los chavales que apuestan «tienen la creencia fundada de que se gana dinero» –expectativa—, entran en las casas con el gancho de los bonos regalo –coste— y acceden con suma facilidad a las webs a través de Internet o en los locales –oportunidad—. «Es más fácil dejarse 20 euros en apuestas en un bar que sacar un caja de tabaco», insiste Rial. Otras prospecciones elaboradas por él y por el grupo de Psicología Comercial de la USC indican que ocho de cada diez jóvenes apostadores son varones —pese a que «ya se empiezan a meter las chicas»— y que la primera apuesta puede llegar con «doce o trece años». En conjunto, Galicia podría contar una población de riesgo de 10.000 jóvenes potencialmente capaces «de desarrollar una patología» .

Para ilustrar esta facilidad de acceso, hemos hecho la prueba. Nos hemos registrado en una popular casa de apuestas de Internet. Solo necesitamos cumplimentar una serie de datos personales en un formulario, entre ellos el DNI, y accedemos al último paso del procedimiento, donde se nos da la posibilidad de eliminar uno de los mecanismos existentes por defecto para combatir el juego compulsivo: el límite de ingreso de 3.000 euros al mes, 1.500 a la semana y 600 al día. El techo no es una excepción. Las empresas incluyen en sus webs test de autoevaluación para calibrar los niveles de dependencia o dan la posibilidad de cerrar voluntariamente las cuentas durante un tiempo. Hasta indefinidamente.

¿Cómo se combate?

La primera consigna para prevenir y luchar contra esta particular ludopatía es actuar en todos los frentes, empezando por el familiar. Una de las primeras medidas pasa por controlar el acceso a la Red de los menores : está demostrado que la tasa de apostantes online se multiplica hasta tres veces en adolescentes que usan el móvil a partir de las doce de la noche. «El margen de maniobra que tenemos es mayor de lo que pensamos cuando los padres se preocupan por aconsejar y enseñar en el uso responsable de Internet», reflexiona el profesor de la USC.

«Falta conocimiento generacional sobre lo que implican las nuevas tecnologías», confirma Gerardo Flórez, responsable de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) delComplexo Hospitalario de Ourense. En el ámbito sanitario hay igualmente margen de merjora. Flórez lamenta que los sanitarios suelen ser, por su posición, «los últimos que se enteran» de los cambios que se están incubando en la sociedad, y lamenta que buena parte de los dispositivos de atención «están diseñados para pacientes adultos» . Por ello, cree que sería necesaria la creación «de dispositivos específicos» para el público joven.

En el Sergas, el tratamiento se aplica ataca el plano «motivacional» y el «conductual». El año pasado, un total de 240 personas fueron atendidas en la sanidad por juego patológico, según las cifras aportadas por la Consellería de Sanidade , En asociaciones como Agalure lo primero que se hace es concertar una cita de información, donde se les pone en contexto y se les pone en contacto con personas rehabilitadas;a continuación, se fija una cita de diagnóstico con un profesional. En caso de que los indicadores reflejen un trastorno, la entidad deja a elección del paciente hacer terapia en el centro, acudir a una de las 21 UCA disponibles en Galicia o bien contratar un psicólogo privado.

Por último, falta actuar en el plano legal. Existe cierto consenso acerca de la necesidad de ser más restrictivivos con el acceso de los menores a las apuestas. La Xunta viene trabajando con todos los agentes del sector en una nueva ley del juego que combine estas demandas con la actividad del sector, siempre bajo la premisa del juego responsable. En 2017, la administración autonómica ingresó 53,9 millones en concepto de tasas de juego, de acuerdo con el informe de ese año de la Axencia Tributaria de Galicia. El Gobierno, por su parte, trabaja en un decretopara limitar la publicidad y las promociones de las casas de apuestas, mientras que en algunos ayuntamientos se han promovido iniciativas para reclamar la prohibición de estos establecimientos en el entorno de los centros escolares.

El propósito es ensanchar la frontera entre el ocio y la dependencia. Traspasada ésta, llegan problemas que no tienen salida fácil. Gerardo Rodríguez lo advierte. « Si uno pone de su parte y se deja llevar, sale. Pero te tienes que dejar ayudar. Si no, estamos perdiendo el tiempo todos ».

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