Caballero reedita el pacto con Leiceaga y ataca los apoyos hacia Villoslada

El diputado coruñés pide a los afines al portavoz que «voten libremente» para desterrar «viejas prácticas»

Caballero y Leiceaga, en la sede de los socialistas de Santiago MIGUEL MUÑIZ
Mario Nespereira

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El futuro del PSdeG se jugará en un mano a mano entre Gonzalo Caballero y Juan Díaz Villoslada. No habrá opción a la tercera vía que encarnaba Xoaquín Fernández Leiceaga, después de que oficializara ayer su renuncia en favor del economista de Vigo. La militancia convocada en primarias el próximo 8 de octubre tendrá, pues, la posibilidad de elegir entre dos candidatos catalogados a sí mismos como «sanchistas», aunque empeñados ahora en resaltar las diferencias de sus respectivos proyectos.

El tándem Caballero-Leiceaga repite la misma fotografía que hace un año , cuando la organización se envolvió en otro proceso interno para elegir su cabeza de cartel en las autonómicas. Entonces el vigués, carente de apoyos, aceptó la propuesta de integración para instalarse en un segundo plano. Pero ayer los papeles se invirtieron. Fue Leiceaga el que brindó su «entusiasta» apoyo a Caballero, a cambio de permanecer como la voz del PSdeG en O Hórreo y favorecer la apertura de una etapa en la que el secretario general ostente un poder real, totalmente liberado de la influencia de las «baronías». «Mi retirada favorece que sean los militantes y no las maniobras de los barones los que decidan el futuro del PSdeG» , aseveró el portavoz parlamentario durante la rueda de prensa conjunta que ambos celebraron en Santiago.

A menos de una semana de que se produzca la votación, Caballero intensifica su discurso polarizador. Por un lado, trata de capitalizar el «impulso de cambio» que según él exigen las bases desde hace años; mientras que en el extremo opuesto acusa a Villoslada de estar respaldado por «operaciones de diseño político» pergeñadas desde las élites del socialismo en la Comunidad —incluida la gestora de Pilar Cancela— con tal de perpetuar su actual «status quo». El «protagonismo excesivo» de los grandes rostros del PSdeG, agregó, fue en gran medida el responsable de las «sinergias negativas» que arrastra la formación desde que perdió el gobierno de la Xunta en el año 2009. En esa batalla a dos que Caballero intentó dibujar, Leiceaga tendrá asegurada su actividad institucional. El profesor de la Universidad de Vigo repitió en varias ocasiones que la organización cuenta con un «buen portavoz» para hacer frente a Feijóo en la Cámara, labor que será reforzada si finalmente se alza con la victoria. Es parte del pacto que ambos reflejaron en un documento de dos páginas, en el que también se comprometen a trabajar por la unidad y por mejorar la imbricación entre la dirección y el grupo parlamentario.

Réplica de Villoslada

Las acusaciones de Caballero hacia Villoslada —«otros no tienen la oportunidad de dar una rueda de prensa con las baronías que tienen detrás»— pronto encontraron la respuesta del diputado por la provincia de La Coruña, quien cargó directamente contra Leiceaga por ser el que mayores simpatías despierta dentro del PP. En su réplica, hizo un llamamiento a los simpatizantes que favorecieron su nombre como tercera alternativa. «Apelo a los que avalaron a Leiceaga a que voten libremente, porque los avales no son un cheque en blanco», manifestó .

El ex gerente de la Universidad de La Coruña vinculó la maniobra de sus rivales con los capítulos más tenebrosos de la historia del socialismo, como el que se produjo cuando el comité federal apeó a Pedro Sánchez del liderazgo del PSOE . «Tenemos que luchar contra esas viejas prácticas; la vieja guardia no puede estar actuando de esta forma otra vez» , lamentó, como una forma de sacudirse los clichés que tanto Caballero como Leiceaga posaron sobre él y sus relaciones con el aparato .«No sé si como baronías, marquesados o condados, no me meto en ese lenguaje, pero realmente son los que llevan veinte años en esas formas de hacer».

Más reacciones

Las palabras del coruñes no fueron las únicas dirigidas contra la decisión de Leiceaga. La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez reconoció que «le cuesta entender» su paso atrás, sobre todo cuando ya se había lanzado en la búsqueda de apoyos y contaba con los avales suficientes para competir hasta el último instante del proceso.En la misma línea que la regidora lucense, Valentín Gónzález Formoso aseguró que el acuerdo «desvirtúa las primarias» al dejar en dos las alternativas disponbles para los militantes. El jefe del gobierno provincial de La Coruña, uno de los valedores de Villoslada, señaló que cuando uno de los aspirantes es avalado por las bases, se hace con la intención de que esa persona «llegue hasta el final» y compita para hacerse con las riendas de la organización. «Es una pena que no se pueda dar voz a los militantes», zanjó.

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