Caballero lanza la campaña para las autonómicas tras abrir un «nuevo tiempo político»

Se le fue casi la voz pero no la alegría. Gonzalo Caballero y el Partido Socialista de Galicia siguen en éxtasis electoral ante la posibilidad de que gobiernen en seis de las siete ciudades , y después de que el PP haya perdido la mayoría absoluta en la diputación de Orense, a pesar de que puedan seguir gobernando. Caballero ve ya una «mayoría de izquierdas asentada» , que abre un «nuevo tiempo político» y que pone sus miras en la operación más importante, para la que se afirman preparados: desbancar a Alberto Núñez Feijóo en las autonómicas , previstas para después del verano de 2020.

Con una reunión de la dirección del partido aún pendiente, que definirá cómo proceder a los pactos para gobernar las ciudades, el secretario xeral ha reivindicado su intención de trabajar con las fuerzas de izquierda . Serán imprescindibles los pactos al menos en Ferrol, Lugo y La Coruña, donde el PSdeG no fue la primera fuerza. En Vigo tienen mayoría absoluta, y en Orense y Santiago podría serles suficientes haber ganado los comicios.

En el caso concreto de la diputación orensana, Caballero ha señalado que la pérdida de la mayoría de Xosé Luis Baltar indica que hay una «vocación» y una «demanda» de cambio que podrían encabezar los socialistas. El recuento ha dado a Ciudadanos un diputado, lo que salvaría al PP, pero Caballero cree que cada fuerza «tendrá que estar a la altura para entender que la alternancia al PP es positiva para Orense y Galicia».

Como suele ser habitual, parte de la intervención de Caballero fue para criticar la gestión del presidente de la Xunta, al que los gallegos «suspendieron» . El líder socialista abordó este tirón de orejas en clave nacional, pidiéndole que si quiere «enseñar su mesura y moderación» debería «hoy mismo indicarle al PP que no puede pactar con la ultraderecha en las comunidades y ayuntamientos». Además, cree que esta es su «prueba de fuego» , y también de su «credibilidad o de su cinismo, porque dicen una cosa y hacen otra» cuando se refieren a ese «retorno al centro», que a su modo de parecer «no se produjo».