El alcalde de Vigo, Abel Caballero, y el de La Coruña, Xulio Ferreiro
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, y el de La Coruña, Xulio Ferreiro - IAGO LÓPEZ

Las áreas metropolitanas unen a Ferreiro y Caballero contra Feijóo

Los alcaldes de Vigo y La Coruña aparcan sus anteriores diferencias para unir su voz contra la Xunta

Por primera vez en 25 años, los líderes de las dos ciudades se reúnen para visibilizar su influencia en Galicia

Santiago Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pocas cosas hay en política que unan más que un enemigo común. Ayer, el alcalde de La Coruña, Xulio Ferreiro, y el de Vigo, Abel Caballero, se encontraron precisamente en el señalamiento del adversario. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en este caso. La planificación de las áreas metropolitanas centró el encuentro que el rupturista y el socialista mantuvieron en el palacio de María Pita. Hace 25 años que no se producía una imagen igual: los dos alcaldes con más poder de Galicia estrechándose la mano.

Sus bastones de mando siluetean un eje que recorre casi de punta a punta la franja atlántica. Vigo y La Coruña concentran casi el 20% de la población y el 23% de la riqueza total de Galicia.

Ferreiro y Caballero lo saben y lo hacen saber. La alianza es también ideológica, por oposición al Partido Popular. «Estamos de acuerdo en que el futuro de la organización territorial del país pasa por dos áreas metropolitanas fuertes, la de Coruña y la de Vigo. Es un proceso irreversible», manifestó el primero, que debe hacerse con «consenso» entre los dos polos y de una forma «coherente». El tono de la reunión, «cordial» según Ferreiro, envió al segundo plano aquel calificativo pretérito del vigués sobre el gobierno de las Mareas —«son una calamidad», había dicho Caballero—. Pero ayer fue otra cosa: «Si yo entrara a hablar de la política municipal de La Coruña sería un mal alcalde de Vigo, porque generaría un roce innecesario».

Pelillos a la mar, por tanto, a la salida de una entrevista en la que planeó siempre la sombra del Gobierno de la Xunta. Caballero insiste en que el presidente gallego «no entiende» el país de hoy, la estructuración de su ciudades en torno a dos músculos urbanos. «Vigo tuvo que pelear contra la intransigencia, intolerancia y oposición total de Feijóo, que no quería que hubiera un área metropolitana. De hecho, se la arrebatamos en las elecciones municipales de hace año y medio, cuando Feijóo coge miedo y siente que puede perder las autonómicas». El discurso antitético al PP, que tan buenos resultados le da al socialista, salió así a relucir. La Xunta no tolera los obstáculos que el concello de Vigo pone para financiar el área y Caballero desprecia gestos como los de los alcaldes del PP de la zona, que se levantaron de la asamblea de constitución del ente. «Ya Fejóo no manda, y desde luego no manda en el área metropolitana de Vigo».

Mientras, el alcalde de La Coruña encuentra un aliado de conveniencia. Ninguno de los dos niega que existan discrepancias en el modelo de gestión o en la forma de ver sus respectivas ciudades, pero han bajado uno o dos tonos el nivel de sus enfrentamientos públicos. Tanto es así, que Ferreiro confió en repetir la conversación en Vigo para mantener el diálogo sobre estos y otros asuntos. Caballero no desdeñó la vuelta del partido, en su habitual tono, «cuando el Deportivo juegue en Vigo o en cualquier otra ocasión» para reiniciar la «entrevista de cortesía» que él, como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), se encargó de desnivelar a su favor.

En la FEMP

Porque el despegue de las áreas metropolitanas no fue el único en el orden del día. Los alcaldes conversaron sobre el estado de sus propios partidos —sobre los cuales se reservan mucho poder— y del papel de la FEMP. La federación de ejecutivos locales presiona para que se aclare el techo de gasto, por ejemplo, pero sobre todo para que los ayuntamientos puedan gastar una parte del superávit que se ingresa en las arcas de las Comunidades Autónomas. Caballero se ha marcado esa meta, mucho menos ambiciosa si la comparamos con su propósito de «hacer la revolución de los municipios».

El socialista reivindicó el papel de la política local en algunas de las conquistas sociales que estos días se fraguan en Madrid. «Es un avance muy importante», subrayó, el paquete de medidas contra la pobreza energética que cerraron PP y PSOE: «Desde la política municipal entendemos muy bien las necesidades de tantos y tantos ciudadanos» que se levantan contra la «posición depredadora del mercado», aludió Caballero, metido en su papel de alcalde de alcaldes.

Ver los comentarios