A la izquierda, el presidente de la CEG, Dieter Moure
A la izquierda, el presidente de la CEG, Dieter Moure - EFE

Abanca salva a la patronal gallega

La Confederación de Empresarios de Galicia obtiene un crédito de 600.000 euros que garantiza la viabilidad de la entidad mientras renegocia la hipoteca

Santiago Actualizado: Guardar
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«La CEG es viable y fiable». Esta afirmación del presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Antonio Dieter Moure, parece haber convencido a Abanca, que ayer mismo firmaba una póliza de crédito por un importe de 600.000 euros que permitirá a la entidad hacer frente a sus compromisos económicos. Unos recursos que se presentaban claves para cumplir con su gestión ordinaria y, con el tiempo, «poder articular la negociación para rehipotecar, con el pool bancario —Abanca, Popular, Sabadell, Santander y BBVA—, el edificio de la CEG en los términos en los que establece el plan de viabilidad y las medidas que este contiene», según indicó la institución a través de un comunicado.

La negociación con las entidades financieras de un préstamo de 1,2 millones de euros se presenta vital para garantizar su funcionamiento, pero para ello era condición indispensable que el plan de viabilidad recibiera el respaldo unánime de las provinciales y sectoriales.

Algunas de ellas se habían abstenido en una primera votación en el mes de junio, previa a la aparente tregua protagonizada el pasado julio, en el que se acordó «remar todos en la misma dirección y a favor de obra», según fuentes consultadas.

Carrera de obstáculos

Superado el principal escollo financiero y esquivado el concurso de acreedores, de la capacidad de negociación de la actual dirección dependerá en gran medida salir airosa del bache que atraviesa la patronal gallega de forma visible desde hace un par de años. La fragilidad del mandato de José Manuel Fernández Alvariño quedaba en evidencia a los pocos meses de ocupar el sillón presidencial. La situación interna y los problemas económicos le ponían en el disparadero, y la falta de apoyos frustraba su continuidad. Dimitía el pasado mes de noviembre ante la imposibilidad de aprobar las cuentas del 2014 y 2015.

Con la llegada de Antonio Dieter Moure, la todavía dividida confederación no lograba levantar cabeza. En mayo, las cuentas pendientes recibían el visto bueno de la patronal, pero el plan de viabilidad se retiraba ante la falta de consenso. Dos de las provinciales llegaron a presentar sendos escritos para solicitar el preconcurso de acreedores.

El documento aprobado finalmente el pasado mes, en junta y asamblea, contempla despidos sobre una plantilla de 20 trabajadores y una rebaja de sueldos como vía para negociar la nueva financiación con las entidades bancarias. Un programa que, de cumplirse tal y como está definido, supondría la vuelta de la patronal a beneficios en el próximo ejercicio.

En este sentido, Antonio Dieter Moure reconocía que, pese a que le causa «mucho dolor», habrá que «prescindir de algún personal» y también rebajar los sueldos porque «la CEG en este momento no puede sostener la estructura que tiene».

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